La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) reveló recientemente la detección de partículas de polvo en la atmósfera marciana, así como la observación de un fenómeno similar al de las auroras boreales.
Esos hallazgos se hicieron gracias a la misión MAVEN (siglas en inglés de Mars Atmosphere y Volatile Evolution), encargada de vigilar la atmósfera superior de Marte.
Su director científico, Bruce Jakosky, visitó el país la semana pasada y se refirió al tema en una conferencia dictada en la Academia Nacional de Ciencias (ANC). Además, contó a La Nación qué es lo que más le sorprende y atrae del Planeta Rojo.
¿Cuál ha sido el hallazgo de la misión MAVEN que más lo ha sorprendido?
Hasta ahora –porque llevamos solo cuatro meses en nuestra etapa de recolección de datos científicos– lo más sorprendente ha sido para mí el descubrimiento de partículas de polvo a altitudes orbitales (entre los 150 y 300 kilómetros sobre la superficie). Nunca me lo hubiera podido imaginar.
¿Qué nos podrían contar esas partículas de polvo acerca de Marte?
No sé. Lo que estamos esperando es recolectar ulteriores datos, que indiquen cuál es la fuente de estas partículas de polvo. Son partículas que podrían estar viniendo desde abajo, desde la atmósfera de Marte, o de otro lado.
Usted dijo que la exploración del Universo es una forma de conocernos a nosotros mismos. ¿Cuál es su opinión acerca de las empresas que ofrecen llevar a personas al espacio?
A mí me parece genial tratar de llevar a la gente al espacio, dar a la ciudadanía la oportunidad de viajar al espacio. Sé que existen empresas privadas que son capaces de satisfacer esa necesidad, entonces me parece genial. Creo que va a ser muy difícil que un ciudadano logre conseguir que una agencia espacial le financie un viaje.
¿Y en el caso específico de un viaje a Marte?
Hay empresas comerciales que están hablando sobre viajes comerciales o privados a Marte, y me gusta la idea, porque esto crea un nivel de emoción muy grande sobre el tema, a nivel mundial. Lo que a mí sí me preocupa es que tal vez no tengan la capacidad de hacerlo de una manera segura.
”No es nada fácil enviar gente a Marte y, si vamos a hacerlo, vamos a hacerlo bajo las condiciones donde hay buenas posibilidades de éxito. Creo que sería un problema para todos (desde los países hasta las empresas privadas) como una sociedad, si la gente empezara a morir en el espacio o llegando a Marte, porque no se hizo adecuadamente”.
¿Cuáles son las características que han convertido a MAVEN en una misión exitosa?
Primero que todo, el ámbito y el enfoque de nuestro proyecto no era demasiado grande, solo nos quedamos enfocados en ese ámbito (...). No cambiamos los requisitos iniciales. Además de eso, utilizamos tecnología existente, experiencia y buena práctica. Esas siento que son las claves.
¿Qué lo hizo enamorarse del Planeta Rojo?
Es difícil de contestar. Cuando iniciaba mis estudios, por ahí de 1975, tuve la suerte de estudiar con un profesor que tenía un experimento con una nave que iba para Marte; fue lanzada el mismo año. Pero eso habla más del cómo yo me involucré con Marte.
”A nivel científico, mi interés tal vez, se da porque Marte es más similar a nuestro planeta, aunque no es el único. Hay otros planetas en el sistema solar donde podría haber vida, pero es el de más fácil acceso y, por lo tanto, es el de mayor prioridad”.
¿Y de MAVEN?
Durante mis propias investigaciones, determiné que había una necesidad de llevar a cabo ese tipo de estudios si queríamos seguir avanzado en nuestros conocimientos sobre el planeta.
¿Qué pasará tras el año de operaciones de la misión?
Nosotros teníamos que hacer una propuesta de cuánto tiempo podíamos volar esta nave y garantizar que teníamos la capacidad de responder las preguntas científicas en ese plazo. Pero si uno extiende ese plazo, hay muchísimas preguntas que se podrían contestar.
”Tenemos suficiente combustible para 10 años. Ahora estamos hablando con la NASA para obtener autorización y extender la misión”.