Los vientos solares son intensas emanaciones de energía provenientes del Sol, que hacen más que “despeinar” un planeta. En el caso de Marte, esos vientos le han ocasionado un progresivo desvanecimiento de su atmósfera y actualmente es tan delgada que no es capaz de alojar grandes cuerpos de agua líquida sin el riesgo de congelarse o evaporarse rápidamente.
Responder a la interrogante de ¿qué fue lo que le pasó a la atmósfera de Marte?, es uno de los objetivos de la misión Mars Atmosphere and Volatile Evolution (Maven), que la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) lanzó al espacio el 18 de noviembre del 2013.
El 21 de setiembre del 2014, la sonda ingresó en la atmósfera marciana y ha logrado recopilar valiosa información que ayuda a entender cómo el Planeta Rojo pasó de ser cálido, húmedo, con valles y lagos, a la superficie fría y desértica que es hoy.
Un equipo de científicos de la NASA analizó las mediciones realizadas en la sección superior de la atmósfera de Marte y concluyó que los vientos solares han contribuido a desvanecerla.
“El viento solar es expulsado del Sol a una velocidad aproximada de 1.600.000 kilómetros por hora y es capaz de “arrancar” iones de Marte, explicó el geólogo planetario Bruce Jakosky, investigador principal de la misión Maven en la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos.Jakosky ilustró el fenómeno así: “Es como cuando alguien sale de la ducha con el cabello mojado y se expone al viento. El viento le seca el cabello”, detalló.
A diferencia de la Tierra, Marte carece de un campo magnético global para desviar la corriente de partículas cargadas que soplan continuamente desde el Sol. Las mediciones hechas por la sonda permitieron determinar que los iones –partículas con carga eléctrica– se “escapan” o se volatilizan a una velocidad mayor durante las explosiones solares.
Tras analizar los datos recopilados por Maven, los científicos concluyeron que las ráfagas de viento solar arrastran cerca de 100 gramos de gases atmosféricos por segundo.
Los principales gases que se han esfumado son dióxido de carbono y oxígeno, ambos necesarios para sustentar la vida.
Según los investigadores, los iones tienen tres rutas de escape. La primera es llamada la “cola”, una zona detrás del Planeta Rojo donde los vientos solares azotan. La segunda vía se denomina “pluma polar”, pues se ubica sobre los polos marcianos. La tercera comprende una nube de gas alrededor del planeta.
El equipo científico determinó que casi el 75% de los iones que se esfuman se ubican en la región de la cola, y casi el 25% son de la región de la pluma.
Según Jakosky, es imposible revertir la pérdida atmosférica en Marte. “Eso solo sería posible si todo el dióxido de carbono que se escapó de la atmósfera hubiera quedado atrapado en la corteza de Marte. Pero, en vez de eso, se desplazó al espacio y quedó fuera del sistema solar por completo”.
De seguir perdiendo gases a este paso, dentro de unos 2.000 millones de años, la atmósfera de ese planeta desaparecería por completo.
“Es fantástico ver las piezas del rompecabezas de la atmósfera marciana tomar forma. Estos datos nos ayudarán muchísimo para prepararnos y poder enviar una misión tripulada a Marte. Maven es lo más parecido a un satélite meteorológico que tenemos en Marte. Nos ayuda a entender la variabilidad de la atmósfera superior y el impacto solar en esta”, resaltó la ingeniera tica Sandra Cauffman, quien fue subdirectora del proyecto.
Esta semana la revista ‘Science’ dedica un especial con cuatro publicaciones sobre este tema.