La ciencia no se queda en las aulas de la Universidad de Costa Rica (UCR): toma un bus, viaja a Osa, atraviesa tres ríos a pie y le enseña a la gente de la zona cómo se aplica en la vida cotidiana para crear productos que pueden representar un ingreso económico.
Esa fue la experiencia que un grupo de 40 alumnos del curso de Química General y Biológica y su profesor, Darío Chinchilla, vivieron un mes atrás, cuando se encontraron con vecinos de la comunidad de Agua Buena, de Rincón de Osa, e intercambiaron sus conocimientos con ellos.
“Al inicio del curso, el profesor nos dio el programa y nos dijo que íbamos a hacer un proyecto final para enseñarles a estas personas a hacer jabones. Hicimos varios laboratorios y él nos explicó el procedimiento. Lo que aprendimos se lo fuimos a enseñar”, recordó María Paula Villamil, estudiante de Ciencias del Movimiento Humano (Cimohu), en la UCR.
Aprendizaje completo
Así comenzó la aventura de estos estudiantes, a quienes hasta les tocó hacer frente a algunos contratiempos como atravesar a pie algunos ríos, así como atender situaciones propias del proceso de elaboración.
“Teníamos que usar ollas de acero inoxidable, no de aluminio porque si no, la potasa, que era la base del jabón, iba a reaccionar químicamente con eso. A una de las señoras le preguntamos si todas las ollas eran de acero inoxidable y resultó que una era de aluminio.
”La potasa empezó a reaccionar; eso se salió de control y tuvimos que cambiar la olla”, recordó entre risas Villamil.
Una de las consignas fue que los jabones utilizaran ingredientes que fueran fáciles de conseguir para los vecinos de Agua Buena, entre ellos sábila, coco y cacao.
“Pasamos de tener todo a la mano (en el laboratorio de la universidad) a llegar allá y hacer un fogón para fundir los elementos del jabón. Fue retador”, afirmó Daniela Chavarría, también estudiante de Cimohu.
Involucrados
Para que la iniciativa lograra concretarse, intervinieron varios actores, según comentó el profesor Chinchilla, entre ellos: la Escuela de Química, la Universidad de Costa Rica, el Inder (Instituto Desarrollo Rural) y un proyecto institucional llamado PiOsa, cuyos miembros buscaron a los emprendedores que recibieron la capacitación, organizaron parte de la gira y consiguieron los fondos para alimentación.
Los alumnos se dividieron en pequeños grupos de siete. Así, mientras unos estaban encendiendo el fogón para derretir el sebo que se agrega a los jabones, otros les explicaban a los vecinos de Osa cómo se hacía la formulación para estos productos.
Los estudiantes no solo colaboraron compartiendo sus conocimientos con los vecinos de Agua Buena; también obtuvieron una buena recompensa en el proceso.
“Es bastante satisfactorio porque se ve a la gente muy feliz. Usted los oye diciendo: ‘Estoy haciendo algo nuevo. Con esto, puedo ayudar a los ingresos de mi familia’. Sé que ellos lo van a disfrutar y a aprovechar”, comentó José Ricardo Oviedo, estudiante de Ciencias del Movimiento Humano.
André Cerdas, de la misma carrera, comentó: “Uno tiene muchos privilegios que otras personas no, y es bonito compartir el conocimiento con ellas y aportar algo a la comunidad”.
Noelia Guerrero, de la Palma de Puerto Jiménez, una de las beneficiadas, aseguró: “Fue de mucho conocimiento. Ellos explican muy bien. Yo les puse a mis jabones coco porque mi negocio está relacionado con esa fruta”, aseguró la mujer.