La laguna Botos, del Parque Nacional Volcán Poás, sí alberga vida. Se convirtió en el hogar de chinches acuáticos y de bacterias. Un grupo de científicos de la Universidad Nacional (UNA) y de la Universidad de Florida comprobaron la existencia.
José Pablo Sibaja Brenes, del Laboratorio de Química de la Atmósfera de la Escuela de Química (Laqat-UNA) y Geoffroy Avard, del Observatorio Vucanológico y Sismológico (OVSICORI), ambas de la Universidad Nacional se unieron al químico estadounindese Ian Godfrey. El pasado 1.° de octubre realizaron tomas submarinas del fondo de la laguna con la cámara de un dron sumergible.
Al analizar las imágenes observaron posibles hemípteros acuáticos (chinches acuáticos).
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Este descubrimiento no es poca cosa, las características químicas de la laguna no hacen posible la vida de la gran mayoría de especies, por lo que cada nuevo hallazgo no solo lleva a la comprensión del volcán y la laguna, también de estas especies, que pueden adaptarse y sobrevivir en ambientes donde casi ningún tipo de vida es posible.
“El ambiente químico de esta agua tiene niveles de acidez (pH) que rondan entre 3 y 4, esto es muy alto, por lo que se trataría de especies que se han adaptado a ambientes extremos y son parte de la flora y la fauna del parque”, explicó Sibaja.
Guevara recordó que reportes previos en la laguna indicaban de la presencia de otros grupos taxonómicos de amplia tolerancia a las condiciones extremas, tales como los insectos Chironomidae (Diptera). También se han visto bacterias, sin embargo, estos serían grandes hallazgos para el estudio de este tipo de ambientes acuáticos.
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Investigaciones anteriores determinaron que la laguna caliente, a lo interno del cráter de este volcán, también albergaba diferentes tipos de bacterias. Estas son “supervivientes extremas” que hubieran podido sobrevivir en características tan hostiles como la superficie de Marte.
Sin embargo, las características de ambas lagunas, pese a estar en un mismo volcán, son muy distintas, motivo por el cual es necesario tener estudios en diferentes partes del Parque Nacional.
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El trabajo
Estas mediciones se realizaron con un dron sumergible llamado CHASING M2, 200M. Este equipo permite revisar el fondo acuático en las lagunas cratéricas de Costa Rica que no están activas.
El equipo cuenta con una cámara y luces LED y una masa de 10 kg.
“Estos equipos permiten evidencias y muestras en lugares donde antes no se podía llegar o recolectar. Ahora sabemos que estas especies soportan ambientes extremos y muy diferentes” dijo Sibaja.
El próximo paso consiste en tomar al menos una muestra de este espécimen para saber si se trata de una especie nueva o una que se introdujo a este ambiente tan extremo.
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Además, continuarán las mediciones con más equipos no tripulados, con el objetivo de generar conocimiento sobre los ambientes volcánicos de Costa Rica.