Washington. El primer vuelo espacial tripulado de la compañía SpaceX, cuyo cohete lanzará a dos astronautas de la NASA a la Estación Espacial Internacional, fue postergado para el sábado por el mal tiempo poco antes de su despegue este miércoles en el Centro Espacial Kennedy en Florida.
"Lamentablemente no vamos a hacer un lanzamiento hoy", dijo el director de lanzamientos de SpaceX, Mike Taylor, a los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley, agregando que el clima no mejoraría hasta diez minutos después de la hora programada para el despegue.
La nueva página en la historia espacial deberá esperar hasta ese día, cuando habrá una próxima ventana posible para coordinarse con la estación espacial.
"We are not going to launch today."
— NASA (@NASA) May 27, 2020
Due to the weather conditions, the launch is scrubbing. Our next opportunity will be Saturday, May 30 at 3:22pm ET. Live #LaunchAmerica coverage will begin at 11am ET. pic.twitter.com/c7R1AmLLYh
El anuncio de postergar la misión se dio en el último momento, con la escotilla de la cápsula Crew Dragon cerrada y Hurley y Behnken atados a sus asientos.
El avión presidencial con Donald Trump y su esposa, Melania, había aterrizado bajo la lluvia tras sobrevolar la zona del lanzamiento en la costa de Florida. Ambos presenciarían en persona el lanzamiento.
La cápsula está unida a la parte superior de un cohete Falcon 9 de la firma privada.
“Es un sueño hecho realidad, nunca pensé que sucedería”, dijo antes del anuncio de postergación Elon Musk, quien fundó SpaceX en el 2002 en California.
Antes de abordar la cápsula, Hurley y Behnken pudieron despedirse de sus familias. A sus hijos pequeños, Musk dice haberles dicho: "Hemos hecho todo lo posible para que sus padres regresen".
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Sobre un cohete de 70 metros de altura lleno de queroseno, los dos hombres intentarán despegar el sábado desde la plataforma de lanzamiento número 39A, la misma que usaron Neil Armstrong y sus compañeros de la tripulación de la Apolo hace más de cinco décadas.
Se espera que lleguen a la estación espacial 19 horas después.
Behnken y Hurley estuvieron previamente en cuarentena durante dos semanas. A pesar del encierro, el vuelo se mantuvo en pie.
Los turistas y entusiastas que habían arribado a presenciar el espectáculo ocupaban las playas cercanas.
"Tomamos todas las precauciones para ver este evento monumental", dijo Kyle Rodríguez, un ingeniero especializado en robots que vino con su esposa el lunes desde San Francisco. "Los boletos (de avión) no eran caros".
Monumental
Space Exploration Technologies Corp. (SpaceX), fundada con la determinación de cambiar las reglas del juego de la industria aeroespacial, se ganó poco a poco la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.
En el 2012 se convirtió en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Dragon para poder transportar astronautas.
"Si sale mal, será mi culpa", dijo Elon Musk el miércoles a la cadena de televisión CBS.
La agencia espacial ha pagado más de $3.000 millones a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta.
El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no está pronta.
La inversión, decidida durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el envío de astronautas al espacio, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.
"Un éxito monumental", dijo también en la antesala del lanzamiento frustrado Jim Bridenstine, el administrador de la NASA, elogiando la creatividad y la perseverancia de SpaceX, a la que ahora confía su recurso más preciado: sus astronautas.
La Crew Dragon es una cápsula como la Apolo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks. El interior está dominado por el blanco con una iluminación más sutil.
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“¡Seguro que todos los pilotos del mundo tendrán más confianza si les das un joystick que si les das un iPad!”, bromeó Thomas Pesquet, el astronauta francés que podría ser el primer europeo en viajar a bordo de la Dragon en el 2021.
El diseño de la nueva nave no tiene nada que ver con los enormes transbordadores que funcionaron entre 1981 y 2011.
A diferencia de aquellos, uno de los cuales -el Challenger- explotó en 1986 después del despegue, la Crew Dragon puede separarse del cohete en caso de emergencia.
La cápsula debe llegar a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre la Tierra, donde probablemente permanecerá acoplada hasta agosto.
Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio, como ha ocurrido desde el 2011, pues las Soyuz rusas son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido, despegando del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.
Las rutas desde Florida volverán a ser regulares, con cuatro astronautas a bordo.
Asimismo, SpaceX será libre de organizar viajes espaciales para turistas con la cápsula, por un boleto que probablemente costará decenas de millones de dólares la plaza.