El Monumento Nacional Guayabo es como una caja de sorpresas para los arqueólogos. Construido entre los años 900 y 1.100. d. C., este complejo arquitectónico fue una aldea precolombina y actualmente es el sitio arqueológico que mejor conserva sus estructuras en Costa Rica.
Durante su más reciente temporada de excavaciones, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Costa Rica (UCR) se dedicó desentrañar el misterio de un posible acueducto construido por los pueblos que habitaron esta aldea.
Además del supuesto acueducto, los investigadores detectaron dos estructuras más: una escalinata y el muro de una terraza. “Se realizó una excavación para explorar una estructura de piedra en la superficie que habíamos sondeado con una barra. Logramos identificar un espacio constituido por piedras horizontales colocadas a una misma profundidad y 6 escalones de ingreso hacia otra estructura que está en un nivel superior”, explicó el arqueólogo independiente Marco Arce.
Según Arce, la distancia entre el primer peldaño –que está en la superficie– hasta el último de ellos es de 1,30 metros.
A los arqueólogos les entró curiosidad por saber si había algo más debajo de la última “grada” de esta escalinata precolombina, y para ello realizaron un sondeo estratigráfico (por capas o estratos).
De acuerdo con Arce, se encontró un primer nivel constituido por suelo único. “Es una capa de color negro formada por el suelo en constante descomposición. Luego hallamos el segundo nivel, que presenta fragmentos de cerámica, lo que sugiere que es el ‘piso’ de ese espacio”, agregó el arqueólogo
“Debajo de ese nivel, hallamos estrato estéril y arcilloso con muchas rocas en estado de descomposición; esto nos indica que ya no hay nada más debajo del último escalón”, explicó.
Otra de las estructuras identificadas en esta jornada de excavaciones, es el muro de contención de una de las terrazas.
Esta estructura, hallada en el nivel de la superficie, se integra con el conjunto de terrazas que se estudiaron en febrero del 2013. Dichas estructuras fueron construidas por los ingenieros precolombinos con los objetivos de controlar el agua subterránea y de suministrar estabilidad al suelo.