La sonda Dawn es la primera misión meramente exploratoria en utilizar propulsión iónica, un sistema que emplea un haz de iones (moléculas o átomos con carga eléctrica) para generar empuje.
Este es el mismo sistema de propulsión que se utilizó en Deep Space 1, una sonda de la NASA lanzada en 1998 para probar una serie de avances tecnológicos.
La velocidad que permite el motor iónico es baja; la fuerza es similar a la que ejerce una hoja de papel sobre la mano. Sin embargo, como en el espacio no hay fricción, la sonda puede tomar velocidad con el tiempo. Así, el motor de Dawn permite acelerar de 0 a 97 kilómetros por hora en 4 días.
El sistema está movido por dos fuentes de energía: unos paneles solares y reservas de un elemento químico llamado xenón (gas noble inodoro, incoloro y muy pesado).
Si los paneles solares se encuentran contraídos, la sonda tiene una extensión de 2,36 metros. En caso que estén extendidos, Dawn mide 19,7 metros de envergadura.
Este tipo de propulsión “será usada para todo el control posterior al lanzamiento, incluido la navegación interplanetaria; maniobras de corrección al acercarse a Marte; acoplamiento, inserción y salida de la órbita de los asteroides y corrección durante el recorrido”, señala el artículo publicado por cuatro de los principales investigadores de Dawn a la revista Acta Astronáutica en 2006.
Recorrido. Cuando Dawn salió de la Tierra en 2007 tenía en mente una ruta ligeramente diferente a otras misiones. Por eso, su motor de propulsión iónica no depende tanto del empuje que le puede dar otros planetas al pasar por ellos.
Aun así, el primer cuerpo celeste al que se acercó fue Marte, en 2009, para ayudarse a tener una mejor ubicación para el resto del recorrido. En cierto momento se consideró la posibilidad de visitar otros cuerpos tras terminar las investigaciones en Ceres, pero el costo de romper con su campo gravitacional disuadió a los científicos. Además, “se puede aprender más estando más tiempo en este planeta enano”, aseguran.
Aunque el proyecto es de NASA, la cámara con la que ya se han obtenido imágenes de Vesta –y que usará en Ceres– fue donada por Alemania, el espectómetro para mapeo infrarrojo fue aportado por Italia y los paneles solares son holandeses.