La misión Artemisa afina los últimos detalles para despegar este viernes hacia la Luna. La primera misión de este tipo en 50 años para la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA, por su siglas en inglés).
Pero el punto de destino es muy diferente al que tuvieron las misiones Apolo en la década de 1970. En aquel entonces, las misiones se enfocaron en el “ecuador” de la Luna. A partir de este viernes el destino es el polo sur de nuestro satélite natural, según lo dio a conocer la NASA.
Esta zona lunar representa varios retos más, pero el equipo de científicos ya se prepara para ello.
“Condiciones extremas y contrastantes convierten al polo sur en un lugar desafiante para que los terrícolas aterricen, habiten y trabajen, pero las características únicas de esta región prometen descubrimientos científicos sin precedentes en el espacio profundo que podrían ayudarnos a aprender sobre nuestro lugar en el universo y aventurarnos más allá en el sistema solar”, indicó la NASA en un comunicado.
LEA MÁS: Artemisa I no llevará humanos a la Luna pero sí tendrá tripulación
Las características del extremo sur
Lo que ha podido estudiarse hasta el momento indica que en el polo sur lunar, el Sol se mantiene por debajo o justo por encima del horizonte. Esto motiva temperaturas superiores a 54 °C durante los periodos de luz solar.
Pero eso no quiere decir que haya siempre ese nivel de temperaturas altas, las montañas y cráteres de la Luna hacen que el frío llegue. La NASA señaló que incluso durante estos periodos de iluminación, las elevadas montañas proyectan sombras oscuras y los profundos cráteres protegen “la oscuridad perpetua de sus abismos”.
Algunos de estos cráteres albergan regiones en sombra permanente que no han visto la luz solar en miles de millones de años y experimentan temperaturas tan bajas como -203 °C.
LEA MÁS: NASA da tres posibles fechas para lanzar su misión a la Luna: Artemisa
Investigación
LEA MÁS: NASA se prepara para volver a la Luna: proyecto Artemisa tendrá ‘prueba húmeda de vestuario’
La misión Artemisa I no llevará astronautas, pero sí material para recolectar datos y hacer investigación. Parte de ello son los cubesats, satélites cúbicos pequeños, con un tamaño aproximado de 10 centímetros cada lado.
Además, la nave llevará otros implementos para avanzar en la búsqueda de recursos lunares; como un rover de detección de agua, y el vehículo de exploración polar para investigación de volátiles (VIPER, por sus siglas en inglés). Esta será la primera misión de cartografía de recursos en otro cuerpo planetario.
En las misiones posteriores, cuando ya haya astronautas humanos participando, ellos se encargarán de hacer investigaciones geológicas sobre el terreno, desplegarán instrumentos y recolectarán muestras que nos ayudarán a comprender los procesos planetarios y el carácter y origen de los volátiles polares lunares.
¿Qué son los volátiles polares? La NASA explicó que son elementos o compuestos químicos en estado sólido que se funden o vaporizan a temperaturas moderadamente cálidas.
Un cubo de hielo es un ejemplo de un compuesto químico volátil. Se compone de dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno, y comienza a derretirse cuando se expone a temperaturas superiores a 0 °C. En el punto de ebullición del agua, comienza a vaporizarse.
Con las regiones en sombra permanente cerca de los polos lunares actúan como trampas para una variedad de volátiles, cada uno de los cuales se derrite y vaporiza a diferentes temperaturas.
“Es probable que los volátiles lunares estén atrapados en las regiones de la Luna en sombra permanente, y esos volátiles tienen una historia que contarnos sobre la historia del sistema solar”, dijo Jake Bleacher, científico jefe de exploración de la NASA.
“La capacidad de extraer muestras de núcleos profundos y mantener sus propiedades de temperatura y vacío hasta los centros de investigación en la Tierra podría conducir a descubrimientos poderosos, no solo sobre los volátiles, también sobre la historia”, agregó.
LEA MÁS: Artemisa: la carrera por regresar a la Luna
Descubrir los orígenes
El proyecto busca ir al polo sur lunar porque es donde los volátiles son más frecuentes. Si se toman muestras en estos sitios profundos serán un testimonio de 4.500 millones de años sobre el sistema solar.
Según la NASA, una de las principales teorías sugiere que una Tierra muy joven chocó contra otro planeta del tamaño de Marte, arrojando masas de los dos cuerpos al espacio, y algunos fragmentos fueron capturados y moldeados por el campo gravitatorio de la Tierra para convertirse en nuestra Luna.
Las muestras de núcleos y los volátiles recolectados con precisión humana y la toma de decisiones en tiempo real amplificarán significativamente el catálogo de datos de las misiones robóticas que rastrean la abundancia y distribución de los volátiles.
La esperanza es que lo aprendido en estos nuevos viajes espaciales nos acerque a un destino un poco más lejano: Marte.
LEA MÁS: La Nasa presenta Artemisa, su programa de regreso a la Luna