La venta de maderas finas para el comercio es un negocio que ha resultado muy fructífero en Costa Rica. Sin embargo, debido a una tala desmesurada, muchos árboles de madera muy fina están ya en peligro de extinción.
Ante esta situación y por iniciativa del Área de Conservación Tempisque ACT, los investigadores Ruperto Quesada Monge y Kenner Quirós, Brenes de la escuela de Ingeniería Forestal del Instituto Tecnológico de Costa Rica, se dieron a la tarea de meterse al bosque.
Allí valoraron el estado actual de las poblaciones de los árboles guanacaste blanco ( Albizia niopoides ), espavel ( Anacardium excelsum ), ron ron ( Astronium graveolens ) y cedro amargo ( Cedrela odorata ).
También estudiaron la ceiba ( Ceiba pentandra ), el cocobolo ( Dalbergia retusa ), el guapinol ( Hymenaea courbaril ) y el tempisque ( Sideroxylon capiri ).
La idea era comprobar si existía disminución de su hábitat, cuál era su abundancia real y qué capacidad de regeneración tenía cada especie actualmente.
“Había más especies que podían considerarse como en riesgo por la cantidad de permisos que se otorgan para la tala, pero se seleccionaron estas ocho porque son las de madera más fina”, señaló Ruperto Quesada.
Por su parte el árbol de guanacaste blanco se escogió porque allí anida el pájaro jabirú.
En el campo
La investigación se realizó en la Subregión de Nicoya, Guanacaste, del ACT. Debido a que no hay una masa continua de bosque, este se estratificó en tres categorías: bosque de galería, bosque secundario y árboles en potrero.
Mediante periódicas visitas al campo y el muestreo de estos bosques, se constató que la tala había ocasionado estragos importantes.
Diez meses de trabajo de campo revelaron que la totalidad de especies estudiadas se presentan en bosques muy fraccionados y dispersos, fuertemente afectados por actividades humanas, como los incendios y aprovechamientos de diferentes productos.
Los valores de abundancia están muy por debajo de las referencias que se establecen para el manejo forestal.
Del estudio surgieron propuestas puntuales como el Decreto Ejecutivo No. 25167, que hace claras restricciones o vedas a la tala. Así, los resultados de la investigación se hicieron sentir como recomendaciones técnicas y legales para prevenir la extinción de estas especies en la totalidad del Área de Conservación Tempisque.
“Dichosamente, este decreto local-regional acogió la solicitud presentada y vedó la tala de estas ocho especies”, dijo Quesada.
“Lo relevante es que se hizo un trabajo de corto tiempo y puntual que brinda información valiosa para proteger especies en peligro. Eso, apoyado con estudios genéticos, permitiría facilitar a corto plazo la toma de decisiones con respecto a procesos de vida y restricción de uso”, agregó.