Un grupo de científicos constató el descubrimiento de un nuevo tipo de tapir, el Tapirus kabomani , más pequeño que los conocidos hasta ahora y cuyo hábitat se encuentra en la selvas amazónicas de Colombia y Brasil.
Así lo divulgó un reciente estudio publicado en la edición del mes de diciembre del Journal of Mammology.
Esta nueva especie de tapir pesa cerca de 110 kilogramos, bastante menos que el tapir más común suramericano, que registra cerca de 320 kilos de peso, y sus extremidades también son más pequeñas.
El Tapirus kabomani mide uno 1,20 metros de largo y 90 centímetros de alto.
Para confirmar la existencia de esta nueva especie, los científicos contaron con la ayuda de tribus indígenas.
“Los pueblos indígenas habían informado tradicionalmente sobre lo que llamaban un tipo diferente de danta (tapir en portugués).
“Sin embargo, la comunidad científica nunca había prestado mucha atención a este hecho, afirmando siempre que se trataba del mismo Tapirus terrestris ”, indicó Mario Cozzuol, autor del estudio y paleontólogo de la Universidad brasileña de Minas Gerais.
Las observaciones lo sitúan en la parte alta del río Madeira, en la cuenca suroeste del Amazonas.
Se trata del quinto tapir descubierto en el mundo desde 1865 y es el primer mamífero de la orden Perissodactyla (que incluye tapires, rinocerontes y caballos) en más de cien años.
Los científicos consideran que este mamífero terrestre es el más grande descubierto en las últimas décadas, y lo comparan al saola (también llamado buey de Vu Quang) que habita en Vietnam y Camboya y descubierto en 1992.
Un espécimen de este tipo de tapires permanecía sin identificar en el Museo de Historia Natural de Nueva York, desde 1914, pero se había confundido también con el Tapirus terrestris.
Además de en América del Sur, también se pueden encontrar otras especies de tapires el sureste de Asia.
En Costa Rica habita una variedad de danta más grande, la Tapirus bairdii , que puede pesar hasta 300 kilogramos.
Aquí es considerada una especie en peligro de extinción por la pérdida de su hábitat. Según el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio), este animal se alimenta de follaje y semillas de guanacaste y yolillo, entre otras.