La misión Juno, enfocada en el planeta Júpiter, ha permitido a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) desvelar algunos de los secretos de este gigante gaseoso, relacionados con sus polos y su campo magnético.
Los investigadores identificaron que los polos de Júpiter están cubiertos por "caóticas" tormentas de amoniaco (gas formado por nitrógeno e hidrógeno), cuyo diámetro en algunos casos es superior a los 1.000 kilómetros. Estas se caracterizan por estar densamente agrupadas y, según la agencia espacial estadounidense, podrían dejar caer granizo o nieve.
Otra de las sorpresas del gigante gaseoso es que su campo magnético es mucho más fuerte de lo que los científicos habían proyectado y tiene una forma más irregular a la esperada.
El anuncio fue realizado por la agencia espacial en una conferencia de prensa efectuada tras dos publicaciones científicas en la revista Science. Adicionalmente, otros 44 documentos con los hallazgos de los investigadores serán publicados en el transcurso de la semana en Geophysical Research Letters.
El estudio de este planeta brindará pistas para entender cómo fueron los orígenes de nuestro sistema solar.
Detalles de los hallazgos
Scott Bolton, del Southwest Research Institute, y quien es el investigador principal de la misión, mostró su sorpresa tras la obtención de los primeros resultados científicos.
"Estamos perplejos en cuanto a cómo podrían formarse estas tormentas, cuán estable es su configuración y por qué el polo norte de Júpiter no se parece al polo sur", dijo.
La información hallada obliga a los investigadores a repensar Júpiter, pues, según revelaron en la publicación de Science, los polos de este planeta "muestran las masas brillantes de forma ovalada que son significativamente diferentes a lo que se ha podido observar en los polos de Saturno (otro gigante gaseoso)".
La misión Juno fue lanzada en el 2011, con un costo de $1.100 millones. Apenas en agosto del 2016 realizó su primer sobrevuelo sobre los polos del planeta, pasando a una distancia de 4.000 kilómetros.
Los datos fueron obtenidos por la JunoCam, uno de los ocho instrumentos que porta la sonda y que fueron diseñados para estudiar aspectos de Júpiter como atmósfera, estructura y magnetosfera (el área en la que las líneas del campo magnético circundan el planeta de polo a polo).
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Según identificaron las mediciones del magnetómetro de Juno (MAG), el campo magnético de Júpiter es de "7.766 Gauss, aproximadamente 10 veces más fuerte que el campo magnético más fuerte encontrado en la Tierra".
Además, "parece voluminoso: es más fuerte en algunos lugares y más débil en otros", aseguró la NASA.
"Juno nos está dando una visión del campo magnético cercano a Júpiter que nunca hemos tenido antes", dijo Jack Connerney, investigador principal adjunto de Juno y líder de la misión de investigación de campo magnético en el Centro de Vuelo Espacial Goddard, de la NASA.
Mancha roja
La mayoría del tiempo, Juno orbita lejos de Júpiter. Sin embargo, se aproxima al planeta cada 53 días y obtiene datos que pesan seis megabytes y cuya descarga puede tomar cerca de día y medio.
En la actualidad, los instrumentos a bordo de la nave están protegidos con titanio, para evitar que la fuerte radiación del planeta les provoque alguna avería.
Una de las características de Júpiter es su gran mancha roja, la cual será explorada por Juno el próximo 11 de julio de este año.
"Volaremos directamente sobre uno de los rasgos más emblemáticos de todo el sistema solar: la gran mancha roja de Júpiter (...) Si alguien va a llegar al fondo de lo que está sucediendo por debajo de esas gigantescas y arremolinadas nubes carmesí, es Juno y sus penetrantes instrumentos científicos", concluyó Bolton.
El fin de esta misión está previsto para el segundo mes de 2018, momento en el que la sonda se autodestruirá al internarse en la atmósfera del planeta.