Robert B. Laughlin no deja de asombrarse con la naturaleza, la cual aprecia y disfruta desde que era niño en su natal Visalia, California.
La diferencia es que ahora acumula años de investigación y experimentación en el campo de la Física como para comprender mejor sus misterios. Uno de sus trabajos le valió el Premio Nobel de Física en 1998 que compartió con los investigadores Horst L. Störmer y Daniel C. Tsui. Laughlin está de visita en Costa Rica para impartir tres conferencias , invitado por la Escuela de Física de la Universidad de Costa Rica, y conversó con La Nación sobre los retos de esta disciplina.
¿Es la Física todavía un campo oscuro o desconocido para la gente común?
A la gran mayoría de la gente que conozco, le gusta la Física, pero están demasiado ocupados ganando un salario como para estudiar Matemáticas; entonces se produce un bloqueo, pues la Física no se puede comprender tan fácilmente sin conocer la Matemática. Algunas personas ya cerca de los 40 de repente se dan cuenta de que quieren saber más, y yo les digo que sí pueden, pero deben devolverse a hacer algo que no hicieron de adolescentes: aprender Matemática. Y eso requiere tiempo y paciencia.
¿Es necesario entonces motivar a las personas jóvenes?
Para mí el problema es algo muy distinto. En una época como la actual, dominada por Internet, para los niños y jóvenes no hay nada cierto o definitivo; todo está en constante cambio. Entonces, los jóvenes se sienten atraídos por la Física debido a que quieren encontrar algo que sea ‘verdadero’.
”Pero hay un paso que no se pueden saltar que es la ciencia: todos esos hechos que se consideran verdaderos debe ser comprobados con experimentación, y si no hay coincidencia, puede ser muy duro darse cuenta de que se estaba en un error. La Física es ciencia; debe ser verificada con experimentos y no puede basarse en creencias”.
¿De qué forma aborda usted el estudio de la Física?
En 2005 publiqué el libro A Different Universe ( Un universo diferente ) porque sentí que había una creencia generalizada en la Física de tener una especie de poder matemático para explicar el funcionamiento del universo. La idea que se tiene es: aprendí estos cálculos matemáticos que describen el universo; por lo tanto, este funciona así porque yo lo digo. Pero mi visión es a la inversa: la naturaleza es un lugar muy loco, pero a veces se organiza a sí misma y, cuando lo hace, entonces se genera una ley. Entonces mis ecuaciones describen una ley generada por la propia naturaleza. Cuando ella crea una ley, entonces yo puedo calcularla.
¿Cuál es la manera más recomendable de acercar a más personas a la ciencia?
Antes dar una respuesta más bien me hago la pregunta: ¿Por qué se necesitan más personas interesadas en la ciencia? ¿Hay algún beneficio para la nación o para la gente involucrada? Generalmente, se cree que trae muchos beneficios para el país, pues se desarrollan habilidades tecnológicas y productos de ese tipo. Pero yo creo que no.
¿Por qué no?
Estoy hablando como científico, pero también como padre. Cuando tus hijos salen a enfrentarse con el mundo, ya están resolviendo un problema muy difícil y de nada ayuda decirles que podrán resolver todos los problemas por medio de la ciencia. Lo correcto es orientarlos para que no cometan errores estúpidos, pero no hay que decirles lo que deben hacer; ellos mismos deben descubrirlo. No me gusta lavarles el cerebro a los jóvenes para que estudien ciencia, lo que quiero es despertar, interesar a las personas; ese es mi trabajo como educador.
Algunos científicos invitan a los jóvenes a seguir sus pasos, pero ¿está preparado el sistema para absorber todos esos talentos?
Hoy sabemos que los estudiantes interesados en ciencia pura tienen escasas posibilidades de desempeñarse exitosamente en el mercado, pues este ofrece espacio para disciplinas como publicidad, computación y medicina.
¿Cómo ha ayudado Internet a la divulgación de la ciencia?
Internet es un vehículo fabuloso para la publicidad y eso está bien porque es necesario llegar a los clientes para la gran variedad de productos que existen. Lo malo es que Internet es una amenaza para la prensa escrita. Un periodista real firma su trabajo y es responsable de lo que se publica. Esa responsabilidad personal es de donde se extrae la verdad. Pero con la publicidad y la propaganda no sucede lo mismo. Entonces ahora tenemos toda una generación que no sabe distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, pues no saben cómo.
¿Existen intereses detrás del financiamiento para la investigación científica?
Siempre hay presiones políticas; no es un proceso totalmente limpio; esto se aplica en todos los países, así sea EE. UU., Japón o Alemania y no veo la forma de cambiar las cosas. Así funcionan los Gobiernos: les dan dinero a sus amigos.