Los Ángeles AP Una sonda de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) llegará a Júpiter el próximo 4 de julio. Se trata de la misión espacial más reciente para estudiar cómo se formó y evolucionó el planeta más grande del sistema solar.
A medida que se acerque al inclemente ambiente de radiación de Júpiter, la nave Juno encenderá su principal motor para reducir la velocidad y entrar en órbita alrededor del planeta.
“Es una maniobra de una sola oportunidad. Todo depende de ello”, declaró Scott Bolton, jefe de la misión y director del Southwest Research Institute Space Science and Engineering Division en Estados Unidos.
Si la misión avanza de acuerdo con el programa, Juno orbitará los polos de Júpiter durante casi un año y echará un vistazo a través de las nubes para investigar las auroras del planeta, consideradas las más intensas del sistema solar.
Larga exploración. Desde 1970, diversas sondas espaciales han explorado Júpiter. El estudio más amplio corresponde a la sonda Galileo, y duró 14 años.
A diferencia de la Tierra, que es un planeta rocoso, Júpiter es un gigante formado principalmente por hidrógeno y helio.
Los científicos desconocen aún si tiene núcleo sólido, así como las cantidades de oxígeno y agua del planeta, información que podría contribuir a desentrañar el misterio de cómo fue que la Tierra y el sistema solar llegaron a su estado actual.
La travesía de Juno hasta Júpiter tardó casi cinco años; la nave hizo un recorrido elíptico por el sistema solar interior y aprovechó la gravedad de la Tierra para tomar impulso hacia el espacio profundo.
Las misiones anteriores a Júpiter usaron fuentes de poder nucleares debido a la enorme distancia que separaría a las sondas del Sol. Juno funciona con energía solar, tiene paneles especiales que están orientados hacia el Sol y el próximo 4 de julio estará a una distancia de 800 millones de kilómetros de este, cuando se prepare para entrar en órbita.
Los instrumentos de Juno van dentro de una bóveda de titanio para que estén protegidos de la radiación. La nave también lleva una cámara y los científicos afirmaron que el público tendrá la oportunidad de decidir qué fotografías tomar.
Cuando Juno concluya su misión, en el 2018, caerá y se incendiará en la atmósfera de Júpiter. Los científicos planificaron este final para la sonda a fin de eliminar la posibilidad de que pudiera estrellarse contra Europa, uno de los satélites de Júpiter que contienen agua.