Imagine usted un método de edición e ingeniería genética descrito por algunos como el copy-paste genético. Se llama tecnología CRISPR y mereció el reconocimiento como “Hallazgo Científico del 2015”, una elección que todos los años realiza la revista Science.
Esta herramienta tecnológica, desarrollada por Emmanuelle Charpentier (francesa) y Jennifer Doudna (estadounidense), permite borrar, introducir o reparar trozos de genes asociados a enfermedades en humanos, plantas o animales. Su principal uso, por ahora, es la comprensión de estos padecimientos, pero más adelante podría ayudar a mejorar las terapias de males genéticos.
¿Cómo trabaja? Existen dos componentes vitales en este tipo de tecnología: un trozo de ARN (el “mensajero” genético), y una enzima. El ARN sirve para identificar el fragmento de gen o genes que se quiere “editar”, y la enzima es la que lo “edita”. Cuando se detecta la amenaza de una enfermedad, el ARN localiza las porciones “defectuosas” y la enzima las corta.
Los usos de este método son varios: desde el mejoramiento de cultivos para hacerlos más resistentes a las plagas, hasta lograr la primera modificación del ADN del embrión humano. Además, se usaría para eliminar 62 copias del ADN de un virus en el genoma porcino, un paso hacia la consideración de emplear los órganos de cerdo en personas.
La técnica ya ha tenido éxito en ratones, monos y perros. Aún falta tiempo para que sea probada en enfermedades humanas.
Otras menciones. Science también reconoció otros descubrimientos científicos de este año.
Dentro de ellos está el favorito de los lectores de la revista: la llegada de la sonda New Horizons a Plutón, ocurrida en julio pasado.
Una posible vacuna contra el ébola también sobresale en el listado. Este descubrimiento se publicó en julio pasado, en la revista The Lancet.
Otra mención importante fue el descubrimiento del Homo naledi, una nueva especie de homínido hallado en Sudáfrica.