Una bebida alcohólica fluorescente, una gabacha con propiedades antibacteriales, revestimiento para madera a prueba de fuego, un polvo desodorante para pies a base de olote de maíz.... La lista de innovadores prototipos creados por estudiantes de Química de la Universidad de Costa Rica es amplia.
Estos productos fueron presentados en la cuarta Feria de Emprendimiento, Desarrollo e Innovación (FEDI), celebrada durante el jueves 30 de noviembre, en ese centro educativo, en su sede central en San Pedro.
Los muchachos aplicaron los conocimientos adquiridos durante la carrera. Por ejemplo, con la bebida alcohólica Rivo, lograron curiosas combinaciones: un sabor a chocolate, naranja y notas herbales y además, lo endulzaron con miel. Sin embargo, una de sus características más llamativas — debido a la vitamina B2— es la fluorescencia de la bebida.
Al aplicarle luz ultravioleta en un ambiente de oscuridad la bebida con 30% de alcohol sobresale.
“Buscamos una línea natural” dijo Érika Díaz, una de las creadoras del producto, pues consideran que su público meta, “jóvenes entre los 18 y los 35 años, suelen ser personas que buscan consumir cosas amigables con el ambiente y con su cuerpo”, aclaró.
“Nosotros como estudiantes de Química entramos a la carrera porque quizá vimos un experimento en YouTube o porque vinimos a la feria vocacional y nos gustó, y de pronto ya estudiando vemos que la ciencia es un poco técnica, de papel”, comentó Erick Cordero.
Por esa razón, se decidieron a explorar el lado más práctico y divertido de la Química, diseñando un producto capaz de sorprender.
“El hecho de que podás tomar algo que tenga propiedades que son buenas y que cuente con características físico-químicas que te deslumbren, era el amarre perfecto”, comentó el universitario.
Además de Díaz y Cordero, Pamela Badilla fue otra de las creadoras de Rivo.
Tela modificada
En la FEDI, los universitarios también buscaron soluciones a problemáticas como la resistencia a antimicrobianos.
En los últimos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado que las bacterias causantes de infecciones comunes se están haciendo más fuertes y, por lo tanto, su resistencia a medicamentos es cada vez mayor.
Por ello, los estudiantes Andrea Chacón, Roberto González y Mariana Elizondo proponen la idea de Textan, una indumentaria médica fabricada con tela modificada con nanopartículas,que tiene propiedades antibacteriales.
“Vimos que hay una oportunidad de mercado para crear un producto que funcionara como una barrera más en los lugares donde hay focos infecciosos, como hospitales, laboratorios de microbiología”, comentó Chacón.
Ganadores | Prototipos |
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Primer lugar: Majiko | Iniciativa para usar la fibra del rastrojo de piña como sustrato para hidroponía. |
Segundo lugar: Nonene | Línea de geles para después del rasurado con tamarindo y maracuyá. |
Tercer lugar: Crops & Care | Polvo desodorante para pies a partir del olote del maíz. |
Aunque los muchachos se encuentran en proceso de investigación y de prueba, explicaron que utilizaron una disolución acuosa donde colocaron las nanopartículas y sumergieron la tela (tipo lineta). Ahí realizaron un tratamiento (que no pueden revelar, porque es parte del valor de su producto) y finalmente efectuaron un proceso de secado.
¿Qué diferencia a esta iniciativa de otros métodos que existen en el mercado? González explicó que los procesos de esterilización que se utilizan con gabachas y uniformes son muy avanzados y caros.
Además, requieren efectuarse regularmente. “Nosotros estamos proponiendo una metodología para llevar continuamente ese efecto antibacterial sobre la tela de la ropa”, aclaró.
Aseguran que los resultados de su investigación son promisorios, y que el efecto permanecería al 100% tras 50 lavadas de la prenda. Sin embargo, recomendarían una vida útil de seis meses.
Retardando el fuego
A Paula Sibaja, Jonathan Ramírez y José Miguel Rincón les interesó crear Apirofilm, un recubrimiento retardante de fuego para maderas, “constituido por diversos compuestos químicos que pueden coordinarse entre ellos y dar propiedades aislantes térmicas, que ocurren en el momento de la combustión”, aclaró Sibaja.
Es decir, la película se coloca sobre la madera y en el momento de un incendio, es el recubrimiento el primero en ser consumido por las llamas, dando tiempo así que las personas que están dentro de la estructura salgan de ella o que haya más margen de acción para controlar el fuego.
Los universitarios utilizaron fuentes de carbono que son parte de residuos orgánicos como aserrín, residuos de coco, granzas de arroz.
Los muchachos explicaron que la idea les surgió de la problemática que representan los incendios en el país. “Se queman bodegas e industrias e incluso edificios que son patrimonio”, comentó Ramírez.
“Investigación, trabajo en equipo, prueba y error, y el proceso de desarrollar un producto y todo lo que eso conlleva, más allá de la Química”, fueron algunos de los aprendizajes que adquirieron estos muchachos durante el mes que tardaron elaborando su producto, confesó este estudiante de la carrera de Química.
Amigables con el ambiente
Otros que decidieron sacar provecho de los residuos de una industria son los jóvenes Jochebeth Godínez y Emerson Zamora quienes idearon un polvo hecho a base de féculas y de olote de maíz.
Este es un producto biodegradable, al cual las féculas le dan una sensación sedosa al tacto y utiliza como fragancia esencia de geranio, conocido por sus características antimicrobianas.
“Vimos una oportunidad en tomar un desecho de la agroindustria y realmente trasladarlo a ser un producto convencional”, aseguró Emerson Zamora.
El olote, facilitado por un productor nacional de la zona sur, pasa por un proceso de molienda hasta convertirlo en un polvo fino.
Los muchachos aseguraron que entre las ventajas de su propuesta destaca que está hecho de productos biodegradables y por tanto amigables con el ambiente.
“Los proyectos de los muchachos son cada vez más innovadores; nosotros tenemos más criterio ahora (que hace cuatro años atrás cuando empezó la feria)” , comentó Darío Chinchilla, coordinador del curso que también imparten los profesores Javier Quesada y Luis Mesén.
La actividad premió tres proyectos y uno de los objetivos es que puedan participar en ferias internacionales.