Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desarrollaron un método innovador para detectar asteroides de apenas 10 metros de diámetro dentro del cinturón principal, situado entre Marte y Júpiter. Este avance es significativo, ya que anteriormente solo se podían observar objetos de al menos un kilómetro de diámetro en esa región.
El equipo publicó su investigación en la revista Nature, informando la detección de más de 100 nuevos asteroides, con tamaños que van desde el de un autobús hasta varios estadios. Este logro podría mejorar significativamente el monitoreo de objetos que potencialmente podrían aproximarse a la Tierra.
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Amenazas y oportunidades para la Tierra
Aunque asteroides del tamaño del que extinguió a los dinosaurios (10 kilómetros de diámetro) son extremadamente raros, impactando la Tierra cada 100 a 500 millones de años, los más pequeños, del tamaño de un autobús, tienen mayor probabilidad de ingresar a la atmósfera terrestre cada pocos años. Ejemplos recientes incluyen el evento de Tunguska en 1908 y el meteorito de Chelyabinsk en 2013.
Estos pequeños asteroides son esenciales para comprender el origen de los meteoritos. Según los expertos del MIT, identificar sus órbitas con precisión contribuirá a la defensa planetaria.
Tecnología detrás del descubrimiento
Utilizando datos del telescopio espacial James Webb (JWST), el equipo adaptó un método conocido como “desplazamiento y apilamiento”, originalmente empleado para la búsqueda de exoplanetas. Este enfoque permite resaltar objetos débiles en imágenes astronómicas al combinar múltiples tomas del mismo campo de visión.
Los científicos procesaron más de 10.000 imágenes tomadas durante la observación del sistema planetario TRAPPIST-1, ubicado a 40 años luz de la Tierra. Como resultado, detectaron 138 asteroides nuevos en el cinturón principal, muchos de ellos con un diámetro inferior a 100 metros.
“Estamos entrando en un espacio totalmente nuevo e inexplorado gracias a las tecnologías modernas”, señaló Julien de Wit, coautor del estudio.
Este avance no solo abre una ventana para rastrear asteroides cercanos a la Tierra, sino que también representa un paso hacia el aprovechamiento de datos astronómicos previamente subestimados. Según Artem Burdanov, otro de los investigadores, este enfoque podría ser replicado en otros proyectos para maximizar los recursos disponibles.
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