Roma, Italia. AFPy AP Las célebres catacumbas de Priscila , uno de los cementerios más antiguos de Roma, con tumbas paleocristianas, fueron abiertas de nuevo tras haber permanecido cinco años cerradas por restauración.
Las catacumbas se encuentran en la conocida vía Salaria, en el centro de la ciudad y destacan por resguardar frescos con las primeras representaciones de la virgen María. Se trata de un pequeño y delicado fresco –que data aproximadamente del año 230 d.C– y en el que se observa a la Virgen María mientras amamanta al niño Jesús.
El cardenal Gianfranco Ravasi, ministro de Cultura del Vaticano y presidente de la Comisión Pontificia de Arqueología Sacra (PCAS), presentó a la prensa lo que podría ser uno de los mayores hitos arqueológicos de la Ciudad Eterna.
“La reina de las catacumbas”, como la calificó Ravasi, fue sometida a una importante restauración, con el empleo de rayos láser para limpiar importantes frescos, ennegrecidos por el paso del tiempo.
Ravasi presidió la apertura del “Cubículo de Lázaro”, una diminuta cámara mortuoria con gran valor simbólico que atesora escenas bíblicas del siglo IV.
Las paredes de este cubículo recobraron su color y las escenas se pueden apreciar con nitidez
“Se ve a Lázaro de la mano de Cristo, un Cristo con un rostro luminoso”, comentó Ravasi, experto en temas bíblicos.
Un museo a la entrada conserva cerca de 700 fragmentos de sarcófagos artísticamente esculpidos, donde se mezclan piezas de tumbas paganas y cristianas.
“Descender a los compartimentos subterráneos como peregrinos es como ir en busca de nuestras raíces”, opinó el cardenal, tras reconocer la fascinación que ejercen las catacumbas, que permiten descubrir la vida heroica de los primeros creyentes. Algunos papas fueron enterrados en ese laberíntico cementerio, entre ellos, Marcelo I y Silvestre I, así como mártires y santos, entre los cuales destacan Félix, Felipe, Crescenciano, Prisca, Pudenciana , Prásedes y Filomena.
Ciertas imágenes en las paredes de esta catacumba han despertado polémica en torno a la supuesta ordenación de mujeres sacerdotisas. Uno de los frescos –que se puede apreciar en la Capilla Griega– muestra a un grupo de mujeres celebrando, presumiblemente, el banquete de la Eucaristía. El otro es un fresco en una cámara mortuoria ricamente decorada con una mujer vestida con un ropaje que se asemeja a una sotana.
Además de un cuidadoso proceso de restauración, este proyecto destaca por haber dado un salto hacia el mundo digital.
El Vaticano firmó un acuerdo con la compañía Google, para que a través de la herramienta de mapas, el visitante pueda pasear entre las inmensas galerías subterráneas que los romanos construyeron en en los siglos II, III y IV para sepultar a los primeros cristianos, que fueron perseguidos por su religión.