En el 2008 China tendrá el primer edificio del mundo que intentará reproducir la forma de una célula por dentro y por fuera.
El edificio-célula medirá casi 16.000 metros cuadrados y albergará al Instituto de Tecnología Nanobiomédica y Biología de Membrana de la Universidad de Sichuan, Chengdu, en el suroeste de China. Es un prestigioso centro de estudios en biomedicina.
La propuesta pretende sobredimensionar la biología molecular de una célula para hacerla palpable y comprensible al público.
En el interior de la estructura habrá espacios inspirados en la propia forma de la células, como unas piscinas que se semejan a las mitocondrias (central energética de la célula) y los endosomas (cuya función es ensamblar proteínas a partir de la información genética que recibe).
Además, las diversas salas se vinculan entre sí y hacia el exterior por intermedio de escaleras, de piezas de cemento volado y de múltiples puentes internos, que imitan los enlaces del ADN.
La totalidad de las ‘paredes’ del edificio imitan a la membrana celular, una envoltura permeable que permite a las células el intercambio de sustancias y de información genética especializada.
“Habrá ventanas abultadas dispersas por la superficie del edificio, exactamente como proteínas en una membrana celular”, explica Audrey Roy, especialista en informática e ingeniería electrónica que es coautora del proyecto.
También estarán presentes espacios para las vacuolas (que en las células sirven para almacenar sustancias de desecho o de reserva) y habrá oficinas con forma de aparato de Golgi (donde la célula modifica proteínas y grasas que han sido construidos en el retículo endoplasmático y los prepara para expulsarlos).
Con el fin de acrecentar la sensación de multiplicidad al interior de la una célula, el edificio tendrá paredes de espejo y vidrio.
“El principio de partida es que, si las estructuras moleculares pudiesen ampliarse miles de millones de veces, como en un edificio, podrían verse, tocarse y admirarse”, explicó Shuguang Zhang, bioingeniero del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Nueva era. El nuevo Instituto de Biomedicina procurará impulsar una nueva era: la de la arquitectura orgánica también llamada ‘bioarquitectura’.
Esta disciplina rescata lo mejor de la obra ‘orgánica’ del arquitecto catalán Antoni Gaudí y aprovecha las posibilidades de la arquitectura moderna para representar la biología de la naturaleza.
“La esperanza es que la primera creación de bioarquitectura molecular estimule diseños arquitectónicos inspirados en las estructuras biológicas”, concluyó Zhang.