Washington. EFE. Algunos primates, como los monos y los orangutanes, tienen la capacidad de anticipar y planificar sus acciones tal y como lo hace el hombre, según un estudio divulgado por la revista Science .
La investigación, hecha por Nicholas Mulcahy y Josep Call, científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, indica que esos animales pueden "hacer un pequeño viaje en el tiempo" e imaginar sus necesidades futuras.
Los científicos afirman que esa necesidad surgió hace unos 14 millones de años cuando vivió el último ancestro común de los seres humanos, de los orangutanes, de los chimpancés y de los bonobos -especie de chimpancé de patas largas-.
En experimentos con esas especies de animales, los científicos descubrieron que tienen la capacidad de seleccionar, transportar y guardar herramientas para usarlas en el momento necesario.
Los bonobos y los orangutanes lograron escoger una herramienta apropiada para conseguir un objetivo, llevárselo y regresar con ella para recoger otro.
De acuerdo con los investigadores, esto es una demostración de que los simios planean con anticipación en la esperanza de recoger futuras recompensas.
Previsores. Hasta ahora, la única prueba de una planificación a futuro en animales había sido dada por un tipo de pájaros (azulejos) que transportan su alimento de un lado a otro para un consumo futuro.
Sin embargo, entre los simios se agrega el hecho de que no solo guardan su alimento anticipando una necesidad futura, sino que también se preocupan de tener las herramientas para conseguir ese alimento.
En su informe, los científicos explican que estudiaron bonobos y orangutanes porque se considera que representan, respectivamente, nuestro más lejano y nuestro más cercano antecesor primate.
"Esto nos permitió sacar algunas deducciones acerca del posible momento en que surgieron las capacidades de planificación futura de este grupo", detalló el estudio.
De acuerdo a lo investigado, es posible que esto haya ocurrido hace unos 14 millones de años.
Agregan que esto, junto con el caso de los azulejos, sugiere que la planificación no es una virtud solamente de los seres humanos y contradice la idea de que surgió en los homínidos hace solo 2,5 millones de años.