Gandoca, Talamanca. Alrededor de 20 familias de las 47 que forman esta comunidad del Caribe sur se benefician directamente del programa de conservación.
Casos como el de Adelina López Umaña, de 34 años, son ejemplo del cambio económico y social que ha experimentado ese pueblo limonense en estas dos décadas.
Ella es la coordinadora local de la estación de ANAI y también presidente de la Asociación de Guías Turísticos Locales, integrada por 15 personas.
"El cambio ha sido muy positivo, la gente de la comunidad no hace daño a las tortugas, hay más fuentes de trabajo y un 80% de las familias se benefician directa o indirectamente", comentó.
Cerca de diez familias cuentan con cabinas o albergues para dar hospedaje y alimentación a los voluntarios, quienes pagan entre $13 y $15 por día.
En la comunidad se han creado sodas, pulperías, un local de Internet y un bar.
Solamente el año pasado, entre marzo y julio, llegaron unos 950 voluntarios y turistas, lo que generó ingresos por $108.000 a la localidad. Si solo hubieran extraído los huevos, las entradas hubieran sido por $3.000.
Dentro del proyecto científico que realiza ANAI también hay unos cinco asalariados locales que desempeñan distintas funciones, incluso de investigación.
López indicó que tratan de mejorar la llegada de turistas, pero no en forma masiva.