San José (AFP). Lo que hace unos 35 años empezó como una afición del estadounidense Joris Brinckerhoff, hoy es una granja de cría de mariposas tropicales, que ha convertido a Costa Rica en el principal exportador mundial con más de 70.000 crisálidas al año.
"The butterfly farm" o la Granja de mariposas dio sus primeros pasos enviando morphos, la 'reina' indiscutible de las mariposas costarricenses -un bellísimo ejemplar de un azul intenso-, zebras, estrellas en la noche, heliconius doris o heliconius sara al Reino Unido.
Pero ahora, las 126 especies que se crían o que comercia La Granja de Mariposas, situada en La Guácima, a unos 25 kms al norte de San José, surcan los cielos cada semana para llegar a 123 países en forma de crisálidas o 'pupae', el término inglés adoptado en la granja.
En los insectos con metamorfosis completa, la crisálida es el estado quiescente previo al de adulto.
El ciclo se inicia con plantas hospederas donde las mariposas ponen sus huevos, que son recogidos en envases hasta que al cabo de unos 7 días emergerá una pequeña larva, el estado previo a la crisálida, explica a la AFP Diego Jiménez, gerente de mercadeo de la Granja.
El ciclo completo varía de una mariposa a otra, pero su esperanza de vida ronda los seis meses, asegura Jiménez.
Zoológicos, invernaderos, exhibiciones, jardines de Estados Unidos, Canadá, España, Alemania y Francia, principalmente, son los principales destinos de las mariposas costarricenses, que pueden valer entre unos céntimos hasta los 5 dólares de la morpho, sin duda una de las más vistosas, que hace las delicias del público.
La morpho, encantada con el calor, no tiene problemas en posarse en la mano o en la cabeza de los visitantes de lo que también se ha convertido en una atracción turística, para succionar los minerales que exuma el cuerpo a través del sudor y dejarse fotografiar.
Hay otras que prefieren las frutas u otras flores.
Símbolo del amor, la belleza, o el cambio, las mariposas alimentan la cultura popular de cada país.
En China, por ejemplo, son el símbolo del amor, en Europa, de la belleza, en Estados Unidos y Canadá, del cambio (por la mutación que sufren) y en los países musulmanes han llegado a convertirse en el símbolo de la sabiduría, sobre todo las nocturnas "que van en busca de la luz".
En Costa Rica, en cambio, son el símbolo de la buena suerte, pero para la Guácima, se ha traducido en "desarrollo rural, sostenible, porque esta gente ya no corta el bosque", dice Jiménez.
No en vano, cerca de 150 familias han cambiado sus cultivos agrícolas tradicionales, sobre todo el café, por la cría de mariposas que venden a la Granja, la "vitrina, donde se hace el control de calidad, el embalaje y el envío para la exportación", subrayó.