Científicos utilizaron el telescopio espacial James Webb para observar la región situada sobre la icónica Gran Mancha Roja de Júpiter. Este análisis reveló una variedad de características nunca antes vistas, según un comunicado de la Agencia Espacial Europea (ESA), que opera el telescopio junto a la NASA y la Agencia Espacial Canadiense (CSA).
La región, que anteriormente se consideraba sin particularidades, mostró estructuras y actividades intrincadas. Júpiter, uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno, se puede ver fácilmente en una noche despejada. Sin embargo, el resplandor de la atmósfera superior de Júpiter es débil, dificultando la observación de detalles con telescopios terrestres. La sensibilidad infrarroja del Webb permitió a los científicos estudiar esta zona con un detalle sin precedentes.
La atmósfera superior de Júpiter actúa como interfaz entre el campo magnético del planeta y la atmósfera subyacente. Aquí se observan auroras boreales y australes, alimentadas por el material volcánico de la luna Ío. Cerca del ecuador, la estructura de la atmósfera superior está influenciada por la luz solar. Debido a que Júpiter recibe solo el 4% de la luz solar que llega a la Tierra, los astrónomos predijeron una naturaleza homogénea para esta región.
En julio de 2022, el Espectrógrafo de Infrarrojo Cercano (NIRSpec) del Webb observó la Gran Mancha Roja usando las capacidades de la Unidad de Campo Integral del instrumento. Las observaciones revelaron que la atmósfera superior contiene estructuras intrincadas, incluidos arcos oscuros y puntos brillantes. Henrik Melin, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, expresó su sorpresa: “Pensamos que esta región, quizás ingenuamente, sería realmente aburrida. De hecho, es tan interesante como la aurora boreal, si no más. Júpiter nunca deja de sorprender”.
Aunque la luz emitida desde esta región es impulsada por la luz solar, el equipo sugiere la existencia de otro mecanismo que altere la forma y estructura de la atmósfera superior. Henrik explicó: “Una forma de cambiar esta estructura es mediante ondas de gravedad, similares a las olas que se estrellan en una playa y crean ondulaciones en la arena”. Estas ondas, generadas en las profundidades de la atmósfera turbulenta alrededor de la Gran Mancha Roja, pueden viajar hacia arriba y modificar la estructura y las emisiones de la atmósfera superior.
El equipo espera realizar futuras observaciones del Webb para investigar el movimiento de estos patrones dentro de la atmósfera superior y desarrollar una comprensión del presupuesto energético de esta región y cómo cambian sus características con el tiempo.
Los resultados se han publicado en Nature Astronomy.
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