Washington Reuters Una nueva preocupación económica se agrega a la inflación y la deflación: la ecoflación ; es decir, el aumento del costo de hacer negocios en un mundo de cambios climáticos.
La ecoflación podría golpear los bienes de consumo en los próximos años, según un estudio del World Resources Institute, una prestigiosa firma estadounidense dedicada a investigar el manejo mundial de los recursos.
“Las compañías que elaboran bienes de consumo de movimiento rápido –como los que van desde un cereal hasta un champú–, podrían ver descender sus ganancias entre 13% y 31% en el 2013, y de 19% a 47% en el 2018, si no adoptan prácticas pro ambientales”, indicó el reporte del instituto.
Según la investigación, los costos del calentamiento mundial se reflejan ahora en olas de calor, sequías, incendios forestales y tormentas tropicales más graves, pero aún no están reflejados en los precios al consumidor.
“Por ahora, estos costos son pagados por los gobiernos, pero esto podría cambiar si se establece, por ejemplo, un sistema que ponga un precio sobre la emisión de dióxido de carbono”, indicó Andrew Aulisi, investigador del instituto.
Es probable que las principales economías del mundo fijen un precio sobre las emisiones de carbono de 50 dólares por cada tonelada.
Menos plástico. Para evitar la ecoflación , algunas compañías ya están buscando vías que reduzcan las emisiones de gases.
Empresas manufactureras han debido replantearse su sistema de trabajo; así, han pasado de emplear plantas grandes y centralizadas a otras, más pequeñas y dispersas.
Las rutas de transporte de materiales y de distribución de productos también se analizan para reducir a mediano plazo la factura petrolera de cada empresa.
Incluso hay algunas compañías que han comenzado a destinar recursos para analizar la posibilidad de usar menos plástico en sus productos, un material basado en combustible fósil.
“No deben realizarse pequeños cambios ‘cosméticos’, sino trabajar con verdadera visión del futuro”, concluyó Aulisi.