La cápsula Starliner de Boeing aterrizó sin inconvenientes el viernes en el puerto espacial White Sands, Nuevo México, después de partir de la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés). Sin embargo, el descenso se produjo sin los dos astronautas que habían viajado a la ISS en junio, debido a las preocupaciones de la NASA sobre la seguridad de la nave.
El aterrizaje ocurrió a las 4:01 a. m. GMT del sábado, según la transmisión en vivo de la agencia espacial estadounidense. El descenso fue asistido por paracaídas y bolsas de aire. La nave había dejado la ISS aproximadamente seis horas antes, luego de que la NASA decidiera que los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams regresaran en la cápsula Crew Dragon de SpaceX, en lugar de la Starliner.
Este cambio fue motivado por las dudas sobre la fiabilidad de la nave de Boeing, cuyo vuelo tripulado inaugural en junio reveló fallas en los propulsores y fugas de helio. Steve Stich, responsable del programa de vuelos espaciales comerciales de la NASA, explicó que, aunque Boeing confiaba en sus proyecciones, la agencia “no se sentía cómoda” utilizando la Starliner debido a incertidumbres en su diseño.
Nuevos problemas en el vuelo de retorno del Starliner
Durante la conferencia de prensa posterior al aterrizaje, la NASA elogió el “aterrizaje en el blanco”, como señaló Stich. Sin embargo, también se mencionaron nuevas complicaciones, incluyendo un fallo en uno de los propulsores y una pérdida temporal del sistema de guía.
El éxito de este vuelo de retorno era crucial para Boeing, no solo por su imagen, ya deteriorada tras varios problemas con sus aviones de pasajeros, sino también para asegurar futuras oportunidades en el programa de vuelos espaciales tripulados.
Los astronautas Wilmore y Williams, cuya misión original era de ocho días, permanecerán en la ISS hasta 2025, una estancia mucho más larga de lo planificado. Por el momento, no está claro si el próximo vuelo de la Starliner, programado para agosto de 2025, será tripulado. Stich enfatizó que la NASA necesita tiempo para analizar los datos del vuelo de retorno y evaluar las modificaciones necesarias en la nave.
Desde hace una década, tanto Boeing como SpaceX fueron seleccionados por la NASA para desarrollar naves capaces de transportar astronautas a la ISS. Sin embargo, SpaceX supera a Boeing y se convirtió en el principal proveedor de transporte espacial en los últimos cuatro años.
Al desacoplarse de la ISS el viernes, la Starliner realizó una maniobra de “encendido de arranque” para alejarse rápidamente de la estación, evitando cualquier riesgo de colisión. Esta maniobra no hubiera sido necesaria si la tripulación hubiera estado presente para realizar el control manual.
Durante el reingreso a la atmósfera, la cápsula soportó temperaturas extremas de hasta 1.650 °C, generando explosiones sónicas que fueron detectadas por los equipos en tierra. A pesar de los desafíos, la misión concluyó con un aterrizaje exitoso.
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