Las microalgas marinas podrían convertirse en las mejores aliadas de la producción de combustibles más limpios en Costa Rica.
Cuatro estudiantes de Biotecnología del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) confeccionaron un proyecto para crear su propia planta de producción de este tipo de biodiésel en el país.
El biodiésel es un combustible integrado en un 50% o 70% por aceite vegetal y el resto por otros materiales como queroseno, que conocemos como canfín.
Su propuesta es que el porcentaje de aceite del combustible provenga de una microalga marina del género chlorella.
Esta es un alga rica en pigmentos verdes de clorofila, por lo que es muy fotosintética, explicó María Laura Rojas.
La ventaja de producir biodiésel a partir de las algas es que se puede obtener hasta un 168% más de biocombustibles que de la extracción de palma africana.
“La cantidad de aceite que se produce de una hectárea de palma es de 5.950 litros de aceite por año, mientras que se pueden sacar 100.000 litros de aceite de una hectárea de microalgas en este mismo período”, explicó Rojas.
“Para que una palma produzca aceite hay que esperar tres años. Cada planta da un promedio de tres frutos al año y no todas dan frutos. Pero las microalgas se reproducen cada ocho horas”, agregó.
La producción de biodiésel a partir de algas es menos nociva para el ambiente pues no hay que talar árboles para sembrarlas.
Además, el cultivo de algas es menos vulnerable a enfermedades. “Si una plaga ataca la palma africana se perdería toda la producción, pero si un virus afecta la microalga solo se bota y se inicia el proceso a partir de un milímetro de alga sana”, dijo Rojas.
Otras ventajas del biodiésel con algas es que no contiene sulfuros ni sulfatos, no es tóxico, es altamente biodegradable y no afecta ningún mecanismo de los motores de los vehículos, destacó Rojas.
“La gente piensa que vamos a extraer y dejar el mar sin algas, pero eso no es cierto. Una pequeñísima porción permite reproducir el alga todas las veces que se requiera”, agregó.
El proceso. La creación de biodiésel a partir del aceite de algas no es una propuesta nueva, centros de investigación en España, Estados Unidos, Australia y Holanda ya producen este material.
Las costarricenses Dessiree Zerpa, Adriana Alvarado, Alicia Jiménez y María Laura Rojas conocieron sobre este proceso el año pasado, mientras realizaban una investigación universitaria en el ITCR, y decidieron aplicarlo.
Para ello, las ingenieras recolectaron una muestra de dos milímetros de microalgas de un río. Cada una de las algas mide cinco micras, cada micra equivale a la millonésima parte de un metro.
Posteriormente se reprodujeron las muestras en el laboratorio de docencia del ITCR. Luego las estudiantes desarrollaron un proceso propio para extraer el aceite de cada una de estas algas. Este proceso (que no se explica por ser secreto comercial) se realiza con técnicas mecánicas y el uso de solventes químicos.
Finalmente, se hizo un estudio de factibilidad de este producto en el país y un diseño de biorreactores en que serían cultivadas industrialmente las microalgas.
Con este proyecto ellas ganaron la Feria de Negocios del ITCR del año anterior y la Competencia Internacional de Planes de Negocios (CIES), en El Salvador.
A futuro. “Tenemos las cosas muy claras. Ahora lo que nos proponemos es optimizar la producción de aceite de la microalga a un nivel genético. Bajo condiciones naturales, las algas tienen un 30% de aceite, pero si tiene condiciones óptimas puede llegar a producir hasta un 50% de aceite. Queremos encontrar el gen que produce el aceite y hacer a las algas más productivas”, recalcó Rojas.
“Nosotras no hemos podido experimentar con las algas tanto como quisiéramos. Ahora tenemos dos propuestas de dos proyectos de investigación sobre este tema evaluándose en el ITCR”, concluyó Rojas.