Las personas a su alrededor no saben cómo lo logran, pero para muchos es rutina de todos los días, levantarse temprano para trabajar tiempo completo y salir en carreras para llegar a la universidad o al colegio nocturno donde pasarán de tres a cuatro horas.
A esto deben agregarse las trasnochadas para estudiar para exámenes o hacer tareas y trabajos finales.
¿El tiempo de ocio y descanso? Algunas personas sí logran combinarlo, para otras, estas palabras están en un horizonte lejano, lo que las expone también a desmejorar su salud.
“Son normales las repercusiones físicas típicas producto de altos índices de estrés: dolor de cabeza, cansancio, trastornos del sueño (insomnio o dormir más de la cuenta). Esto puede influir negativamente en las relaciones interpersonales”, afirmó la orientadora Floribeth Amador.
La especialista señala que esto depende de la cantidad de materias que se lleve en la universidad, del tipo de trabajo y hasta del tipo de carrera. Sin embargo, enfatiza que es más pesado para quienes trabajan tiempo completo.
“Asumir una jornada de trabajo a tiempo completo y ser estudiante es realmente pesado. Si se suman responsabilidades de hijos, de un hogar y otras actividades, la persona debe estar muy comprometida con su rol de estudiante y tenerlo incorporado como necesidad de vida para cumplir con todo”, aseguró.
Conocerse. Cada persona resiste la presión de forma distinta, por lo que es importante conocerse.
La persona debe dejar tiempo para funciones básicas para su salud física y mental, como comer, dormir y pasar tiempo con su familia y amigos.
Para la psicóloga laboral Elaine Bravo, la persona debe conocer sus limitaciones para saber qué tipo de trabajo buscar, si es medio tiempo o completo, el tipo de jornada. Asimismo, cada uno también debe conocer cuanto tiempo puede dar al estudio para así medir las materias que puede llevar.
“Mucha gente pasa pidiendo permiso en los trabajos para ir a clases o llega tarde a clases por estar trabajando y eso aumenta el nivel de estrés. Si vamos a realizar ambas cosas, debemos analizarnos y ver cuántas materias estamos en capacidad de llevar y cuántas horas podemos trabajar”, comentó.
Posibles consecuencias. Si una persona no logra manejar el estrés y la distribución del tiempo, las consecuencias para su salud física y mental pueden manifestarse en cuestión de unos meses.
“Si una persona se exige más de la cuenta pueden darse problemas como gastritis, colitis y depresión. Esto último es normal cuando la persona se exige mucho a sí misma y no ve los resultados que desearía”, dijo Bravo.
“También se bajan las defensas, el sueño se ve comprometido y hay personas que comienzan a depender de bebidas energizantes para cumplir. Abusar de estas bebidas y no dormir puede causar daños a distintas partes del cuerpo”, dijo.
Otra posible consecuencia es el síndrome del burnout , que se caracteriza por apatía, fatiga, desesperanza, ansiedad y en algunos casos problemas gastrointestinales.
El secreto. ¿Cómo lograr combinar ambas cosas? Para el especialista en coaching Jaime Bagnarello, lo más importante es tener metas y prioridades claras. “Es muy importante ver qué queremos y encontrar en cada trabajo un objetivo”.
“Hay jóvenes que me dicen que trabajan en un call center y que eso no les enseña nada para su profesión, cuando en realidad están aprendiendo destrezas de servicio al cliente, convivencia con otras personas, distribución del tiempo y manejo de presión”, añadió.
Para el especialista, es importante tener claro que los estudios solo aportan una parte en el proceso de aprendizaje.
“Los estudios realmente solo nos dan un 10% del aprendizaje, el 20% nos lo dan las relaciones que tenemos con los demás y el 70% aprendemos de nuestra propia experiencia”, aseguró.
No obstante, todos los entrevistados coincideron en que es necesario priorizar los deberes y los pasatiempos para lograr el equilibrio.