Los investigadores que descifraron parte de los secretos sobre cómo envejecen las células y la relación de ese proceso con el cáncer ganaron ayer el premio Nobel de Medicina 2009.
Los laureados son tres científicos de nacionalidad estadounidense: Elizabeth Blackburn, de la Universidad de California en San Francisco; Carol Greider, de la Escuela de Medicina, de la Universidad Johns Hopkins, y Jack Szostak, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
Ellos recibirán $1,4 millones –que deberán repartirse– y un reconocimiento público en una ceremonia el próximo 10 de diciembre en Estocolmo, Suecia.
Puntas protectoras. De acuerdo con el Comité Nobel, el premio se les concede por el descubrimiento de “cómo los cromosomas son protegidos por los telómeros y la enzima telomerasa”.
Cada célula de nuestro cuerpo contiene en su núcleo 23 pares de cromosomas con el ADN que conforma nuestro genoma, toda nuestra información genética.
Los telómeros son la sección final del ADN de un cromosoma, que logra que sus extremos no se peguen con los de otros durante la reproducción celular.
Cada vez que una célula va a reproducirse (a través de la mitosis, la división celular), primero necesita replicar esa información genética para que cada célula hija contenga el genoma completo.
Elizabeth Blackburn presentó, en 1980, una investigación en en la cual identificó en un organismo unicelular, llamado Tetrahymena, una secuencia especial que se repetía en las puntas de los cromosomas durante la división celular, pero que no se heredaba con el resto del ADN.
Al mismo tiempo, Jack Szostak observó que una molécula de ADN sin los telómeros se degradaba cuando se replicaba, es decir, iba perdiendo la información que debía transmitir a la célula hija.
Así se llegó a la conclusión de que los telómeros son los encargados de proteger la integridad del ADN, impidiendo que pierda trozos cuando se replica, uno de los descubrimientos por los cuales se entregó este Nobel de Medicina.
Telomerasa. No obstante, aún se desconocía cómo se formaba el telómero. Carol Greider, la otra ganadora del Nobel y entonces una estudiante supervisada por Blackburn, comenzó a investigar las causas y en 1984 descubrió una enzima, a la que llamó “telomerasa”.
La telomerasa es la unión de una proteína y un código genético llamado “ARN”. Esa enzima se acerca a los bordes del ADN por replicarse y, por medio del ARN, da las instrucciones necesarias para la creación de los telómeros.
Juventud y cáncer. Más investigaciones de Szostak han permitido concluir que células sin telómeros van perdiendo información, dejan de crecer y eventualmente son incapaces de reproducirse.
Por eso, algunos científicos creen que en la telomerasa estaría una de las claves del envejecimiento de las células y la han llamado “la enzima de la juventud”.
Los fallos en los telómeros influirían en el envejecimiento no solo de una célula, sino de un organismo como un todo, tratan de probar algunos científicos actualmente.
Como la mayoría de las células normales no se dividen constantemente, sus cromosomas no están en riesgo de acortarse y no requieren una gran actividad de la telomerasa. Pero, en el otro extremo, las células del cáncer tienen la habilidad de dividirse infinitamente y preservar sus telomeros.
Por ello, los científicos creen que las células del cáncer tienen mayor actividad de la telomerasa.
Las investigaciones acerca de esta enfermedad se están enfocando a encontrar la manera de erradicar la telomerasa de las células cancerígenas y ver si se detiene así su reproducción.
“Los descubrimientos de Blackburn, Greider y Szostak agregan una nueva dimensión a nuestra comprensión de las células, aclaran los mecanismos de la enfermedad y estimulan el desarrollo de nuevas terapias posibles”, afirma un comunicado del Comité Nobel.
Es la primera vez que dos mujeres comparten la prestigiosa recompensa, y Blackburn y Greider se convierten así en la novena y décima laureadas del premio de Medicina desde 1901, frente a 185 galardones masculinos. Hoy martes, en horas de la mañana, está programado el anuncio de los galardonados con el premio Nobel de Física 2009.