Granada, España. EFE Científicos de la Universidad de Granada lograron elaborar, por 1° vez, piel artificial a partir de células madre procedentes del cordón umbilical.
Su investigación , publicada en la revista Stem cells translational medicine , demuestra la capacidad de las células madre mesenquimales (tejido del organismo embrionario), de la gelatina de Wharton del cordón umbilical para constituir epitelios (tejidos) de revestimiento de piel y de mucosa oral, afirmó la institución académica.
Los autores del estudio pertenecen al grupo de investigación de ingeniería tisular del departamento de Histología de la Universidad de Granada.
Para fabricar la piel artificial, los científicos utilizaron, además de este nuevo tipo de epitelio de revestimiento, un biomaterial de fibrina (proteína involucrada con la coagulación de la sangre) y agarosa (compuesto extraído de algas) previamente diseñado y desarrollado por ellos mismos.
Estudios previos de este mismo grupo de investigación, que fueron ya premiados en el Congreso Mundial de Ingeniería Tisular celebrado hace unos meses en Seúl, sugerían ya la posibilidad de que las células de Wharton del cordón umbilical pudiesen convertirse en células epiteliales.
Este trabajo es la confirmación de esos estudios iniciales y su aplicación a dos estructuras de revestimiento, la piel y la mucosa oral, cada vez más demandadas para reparar las lesiones existentes en esas zonas corporales.
Uno de los problemas que presentan en la actualidad los pacientes con quemaduras extensas es que para aplicar los actuales modelos de piel artificial hay que esperar varias semanas, pues se tienen que fabricar a partir de los restos de piel sana del propio paciente.
La creación de este nuevo modelo de piel con células del cordón umbilical, que podría estar conservada y disponible en los bancos de tejidos, permitiría su posible uso inmediato una vez producidas las lesiones. Esto adelantaría varias semanas la aplicación de una piel artificial, según Antonio Campos, catedrático de Histología de la Universidad de Granada y uno de los autores de este trabajo. En el estudio colaboraron investigadores del departamento de Biología Celular de la Universidad de Granada, y de las de Valencia (España) y Florianopolis de Brasil (Juliano Miyake) .