El hangar construido en el aeropuerto Juan Santamaría para albergar a los aviones de la NASA que realizan misiones científicas desde suelo tico, está inservible.
Los fuertes vientos que soplaron en diciembre pasado atentaron contra la estructura de 200 metros cuadrados valorada en $500.000 (unos ¢260 millones).
Es una situación preocupante pues la continua colaboración que Costa Rica ha tenido con la NASA desde el año 2000 para realizar investigaciones atmosféricas en la región de los trópicos, los planes de establecer convenios con la Agencia Espacial Europea para estudios similares, al igual que el Programa Nacional de Investigaciones Aerotransportadas, requieren de un hangar en buen estado para funcionar.
El hangar es una especie de cueva desarmable hecha de metal y lona. Fue diseñado para salvaguardar al avión-laboratorio WB-57, sus sensibles instrumentos de medición y los laboratorios que procesan toda la información que ese y otros aviones recopilan.
Desde el año 2000, el avión WB-57 ha realizado ocho misiones científicas –dos nacionales, las demás estadounidenses– desde suelo costarricense.
Aunque ya se realizó una inversión de unos $14.000 (cerca de ¢7,3 millones) para reparar la estructura metálica del hangar, ahora el Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat) –que administra el hangar y es responsable del Programa de Misiones Aerotransportadas del país– y el Consejo Técnico de Aviación Civil valoran la opción de construir un hangar nuevo, fijo y con materiales que requieran menos mantenimiento.
El lunes las partes involucradas se reunirán para empezar a esbozar el anteproyecto de dicho hangar.
Pedro León, director del Cenat, confía en que la nueva estructura estará construida antes de junio del 2007 para poder albergar la próxima misión que la NASA desarrollará en esta región.
Tanto León, como la NASA, confirmaron que el estado actual del hangar impide que se realicen misiones desde suelo costarricense.
Entre Costa Rica y Panamá. El programa de Ciencias de la Tierra de la NASA está preparando una gran misión en la región del trópico que se desarrollará en julio del 2007.
Bautizada Tropical Composition, Cloud and Climate Coupling (TC4), la misión buscará explicar cómo interviene la formación de nubes en el clima y el calentamiento global.
Aunque inicialmente se había dicho que la misión se desarrollaría desde Costa Rica, la NASA sostiene que aún no ha tomado una decisión. Así lo afirmó Kent Schiffer, de esa agencia espacial, ante la consulta de La Nación .
Otras fuentes en la NASA confirmaron que se valora la posibilidad de desarrollar la misión desde Panamá, tanto por razones científicas (cercanía de objetivos a ser estudiados) como por la infraestructura que ofrece ese país.