Los casos graves de hernia discal pueden aliviarse mediante reposo, rehabilitación y fármacos, sin necesidad de acudir a cirugía.
Así lo demostraron dos estudios publicados en la revista JAMA que midieron la posibilidad de aliviar este padecimiento de los discos de la columna.
El trabajo halló que algunos pacientes mejoran sin cirugía, aunque la recuperación suele ser un poco más lenta.
Los estudios evaluaron el impacto de terapias no quirúrgicas para tratar hernias de disco severas que suelen causar dolor en las extremidades.
Los pacientes con este tipo de hernias son casi siempre candidatos a hacerse una cirugía.
En la operación suelen corregirse las hernias quitando la parte enferma del disco de la columna o retirando el disco en su totalidad.
Evaluar opciones. Para dar otra opción, más allá del quirófano, investigadores estadounidense evaluaron tratamientos alternativos.
El primer estudio analizó a unos 500 pacientes con hernias de disco severas y dolores en extremidades.
Un grupo recibió la intervención quirúrgica y otro un tratamiento más conservador basado en reposo, infiltraciones, consejos, rehabilitación y fármacos.
A lo largo de dos años, los científicos evaluaron sus niveles de dolor lumbar y ciático, problemas de movilidad y satisfacción.
Al final de ese período, los médicos vieron resultados de alivio muy similar entre ambos grupos.
Una limitación de este trabajo es que no todos los pacientes a quienes les tocó cirugía, mediante sorteo, aceptaron el procedimiento.
Por ello, los investigadores advirtieron que no pueden garantizar las conclusiones sobre la superioridad o la equivalencia entre terapias quirúrgicas y no quirúrgicas.
Otro estudio analizó a 743 pacientes que presentaron los mismos síntomas que los otros, pero decidieron cuál tratamiento querían seguir (no hubo sorteo para elegirlo al azar).
Los 528 que optaron por la operación eran más jóvenes y presentaban hernias graves.
En este caso, los pacientes que fueron a cirugía mejoraron más que los restantes.
Sin embargo, quienes prefirieron no operarse, aunque a los tres meses no presentaron mejoría, sí obtuvieron buenos resultados dos años después de seguir un tratamiento no quirúrgico.
“Estos hallazgos sugieren que en la mayoría de los casos no hay una razón clara para defender fuertemente la cirugía, salvo por las preferencias del paciente. Para un enfermo con recursos económicos, emocionales y familiares para soportar una ciática leve o media, la cirugía puede tener poco que ofrecer”, concluyeron.
El estudio resaltó que la elección o no de una terapia quirúrgica debe basarse en la valoración de cada caso.