En el árbol de la evolución, los seres humanos estamos más emparentados con los orangutanes que con los chimpancés, según un reciente estudio realizado por científicos norteamericanos.
Hasta ahora se ha indicado que los chimpancés son los animales más cercanos al hombre pues compartimos el 98,4% de la información genética.
Pese a ello, John Grehan, presidente de la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos, y Jeffrey Schwartz, catedrático de antropología de la Universidad de Pittsburgh, afirman que los orangutanes –y no los chimpancés– son nuestros parientes evolutivos más cercanos. Los detalles de su investigación se publicaron en el Journal of Biogeography .
El estudio. Los científicos explicaron que la idea de que los chimpancés sean los primates con mayor parentesco con el hombre “es problemática” si se cruzan los análisis de ADN y la evidencia fósil.
Los expertos analizaron centenares de características físicas de chimpancés, gorilas y orangutanes. Después seleccionaron 63 que todos tenían en común.
Al final, determinaron que los seres humanos compartían 28 rasgos únicos con los orangutanes, pero solo dos con los chimpancés y siete con los gorilas.
La más notable de estas características comunes es el esmalte dental grueso de los dientes, que poseemos orangutanes y humanos.
Paralelamente, compararon 56 características entre los humanos modernos, los homínidos fósiles (como los australopitecos) y los fósiles de otros primates conocidos.
Ese segundo análisis determinó que los orangutanes compartían ocho rasgos comunes con los primeros seres humanos y los australopitecos.
Según los científicos, la presencia de características de orangutanes en los australopitecos contradice la expectativa generada por el análisis del ADN. Es decir, los humanos primitivos deberían tener más similitudes con los chimpancés que con los orangutanes, pero las pruebas muestra lo contrario.
Una de las justificaciones que proponen los científicos para explicar por qué los humanos y los orangutanes comparten menos material genético del que deberían si son parientes cercanos, es que los orangutanes han estado evolucionando “rápidamente”.
Para explicar cómo es posible que el orangután –oriundo de Asia– esté tan emparentado con el hombre –salido de África, donde también aparecieron los chimpancés–, los científicos construyeron un escenario en el cual el antepasado común de humanos y orangutanes emigró hace unos 12 ó 13 millones de años desde el sureste de África a Asia. Ahí quedaron ejemplares que dieron origen al orangután, pero otros emigraron a Europa, como una nueva raza de monos ahora extinta, y un tercer grupo regresó a África, donde evolucionó y dio origen a los homínidos.
Maryellen Ruvolo y David Reich, especialistas en evolución y genética de la Universidad de Harvard, quienes no tomaron parte de la investigación, expresaron dudas sobre las conclusiones de la investigación y pidieron dar más importancia a las pruebas de ADN.
“Los datos del material genéticos rechazan la idea de que los orangutanes sean nuestros parientes más cercanos”, dijo Reich.