Una investigación entre jóvenes estadounidenses encontró muy pocas mejoras en sus conductas y actitudes para protegerse de los rayos ultravioleta (UV) con el fin de bajar su riesgo de sufrir un cáncer de piel.
El trabajo detectó una leva mejora en el uso de cremas bloqueadoras, pero una gran mayoría deja de otros consejos claves, como usar lentes, camisetas con mangas, sombreros de ala ancha y evitar exponerse al sol entre las 10 a. m. y las 4 p. m.
El estudio halló que la cantidad de quemaduras solares aumenta entre la población joven, mientras un 55% considera que una piel bronceada los hace ver más ‘atractivos’, y un 67,8% cree verse ‘más saludables’.
Las conclusiones aparecen en una investigación que divulgó la revista Pediatrics.
En el trabajo participaron investigadores de la Sociedad Estadounidense del Cáncer y de servicios de dermatología de hospitales y universidades de Rhode Island y Atlanta (en Estados Unidos).
“A pesar de que hay claras pruebas de que la exposición excesiva al sol en la niñez y adolescencia eleva el riesgo de cáncer de piel en la edad adulta, las quemaduras por sobreexposición a los rayos ultravioleta son algo común entre los adolescentes”, advirtieron los especialistas.
El equipo comparó los resultados de dos encuestas nacionales sobre frecuencia de quemaduras, actitudes y comportamientos sobre la protección solar entre jóvenes estadounidenses.
Las encuestas se realizaron en los años 1998 y 2004 e incluyeron a muchachos entre los 11 y 18 años.
Los datos. En 1998, el 72% de los jóvenes reportó haber sufrido de quemaduras durante el verano.
Este dato se mantuvo prácticamente igual con un registro de 69% para el verano del 2004.
La única mejoría que detectaron los investigadores fue un incremento del 31% al 39% en el número de jóvenes que usó las cremas llamadas “bloqueadores solares”.
Sin embargo, este fue un pequeño cambio porque muy pocos adolescentes echaron mano de otras recomendaciones importantes a la hora de exponerse al sol.
Solo uno de cada cinco adolescentes buscó una sombra para evitar daños en la piel, y menos de uno de cada cuatro usó la ropa adecuada para protegerse, como camisetas con mangas.
Además, solo uno de cada tres adolescentes se puso lentes oscuros para cuidar la vista, y apenas uno de cada veinte jóvenes empleó sombreros de ala ancha.
Junto a las pocas medidas para cuidarse de los rayos ultravioleta, el estudio halló que los adolescentes no tenían ningún reparo en estar en la playa o piscinas en las horas de mayor riesgo.
Las horas de mayor peligro están entre 10 a. m. y 4 p. m.
En promedio, en ambas encuestas, los jóvenes pasaron un promedio de 18 días en la piscina entre las 10 a. m. y 4 p. m
Además, el número de días que visitaron la playa aumentó de 6,7 días, durante el año 1998, a 10,3 días, en el 2004.
Las autoridades de salud estadounidenses realizan actualmente campañas educativas para intentar cambiar los comportamientos de niños y adultos sobre la exposición al sol.
“Nuestro estudio demostró que, a pesar de campañas extensas de la protección del sol, hay solamente una reducción pequeña en frecuencia de la quemadura y aumentos modestos en prácticas de la protección”, agregó el estudio médico.
En ese país hay una alta presencia de cáncer de piel. Una situación similar ocurre en Costa Rica, donde el cáncer de piel es el de mayor frecuencia (reportes de casos nuevos al año) entre todos los registros de tumores malignos que se tienen.