Después de toda una vida de admiración y seis años de minuciosa investigación y trabajo, la escritora costarricense Julieta Pinto publica una novela con la historia de Antonio Tata Pinto, figura destacada y polémica en la historia política de Costa Rica.
¿Quién fue ese Pinto? Fue un marino portugués y el hombre que firmó la sentencia de muerte del general Francisco Morazán, fusilado en setiembre de 1842 tras el fallido intento por restaurar Federación Centroamericana.
También fue un personaje relevante en episodios como la Batalla de Ochomogo (abril de 1823) y la Guerra de la Liga (1835).
Julieta Pinto, de 83 años, toma los hechos históricos y los funde con la ficción creada por su pluma en la novela histórica Tata Pinto . El libro se presenta hoy, a las 7 p. m., en el Instituto Cultural de México y será presentado por los escritores Alberto Cañas y Daniel Gallegos.
"El eje es un contrapunto entre Tata Pinto y el diario de Rosarito, su esposa. La novela muestra la vida de Tata Pinto hasta llegar a la desilusión pavorosa que tuvo al final de su vida, cuando le serrucharon el piso", explicó la escritora, quien obtuvo el Premio Magón 1996.
A la vida de Tata Pinto, respaldada por muchos datos históricos veraces -salidos de seis años de investigación-, ella le contrapone un relato ficticio de Rosarito Castro, la mujer que hizo que aquel portugués dejara de surcar los mares y se anclara en Costa Rica.
"Si solo ponía lo de él, mejor me ponía a hacer una cosa histórica, pero yo quería hacer una novela con personajes que actuaran. Por ello, decidí darle voz a aquella mujer de la que no encontré nada y que, como todas las mujeres en aquella época, estaban a la sombra de los hombres", manifestó .
Su pirata admirado. Julieta Pinto se enamoró del personaje de Tata Pinto desde su niñez, cuando oía de un tal pirata que se enamoró de una muchacha preciosa, se quedó en Costa Rica y fue inmensamente feliz. Era la época en que ella leía y releía las aventuras de Sandokán, del escritor Emilio Salgari.
Posteriormente, supo la verdad: era marino portugués y vino a Costa Rica tras enamorarse de Rosarito. Después se acercó a él a través de las clases de Alberto Cañas y de una tesis de Luis Armando Ugalde.
Aquel personaje relevante en nuestra historia -y al cual ella piensa que se le han cometido algunas "injusticias"- la conquistó y la llevó a escribir esta novela. "Por dicha, a mis 83 años tengo el cuerpillo un poquito deteriorado, pero la cabeza clara y en su lugar", afirmó.