Recuerdo que -hace bastantes años- fui víctima de un franco desasosiego cuando leí en algún lugar que perdemos una tercera parte de nuestra existencia durmiendo, de modo que los 75 años de expectativa de vida que dicen que tenemos quedan reducidos, en resumidas cuentas, a 50 (edad que este columnista ha superado muy ampliamente).
Pero vamos de mal en peor. Resulta que a esos 25 años de vida que perdemos durmiendo (a algunos perezosillos habría que agregarles unos meses más) deben sumarse quién sabe cuántos lustros de pacientes -o impacientes- esperas en una fila: ante un semáforo -que parpadea cinco segundos de verde después de diez minutos de rojo-, ante las cajas de un banco -cuyos funcionarios parecen estar contando todo el dinero del mundo antes de dirigirse a ingerir su merecido almuerzo precisamente cuando llegaba nuestro turno-, ante la ventanilla de consulta externa de un hospital, ante la taquilla de un cine, ante un rótulo borroso que alguna vez mostró la ruta de un bus, debajo de un angosto alero -una noche de viernes lluvioso- con la candorosa ilusión de encontrar un taxi.
El DRAE define fila -del francés file - como la serie de personas o cosas colocadas en línea; y, en la acepción 10 del artículo cola -del latín caudula -, se lee: Hilera de personas que esperan vez. La expresión hacer cola (no se registra hacer fila , aunque la frase resulta correcta) es, según el DRAE, esperar vez, formando hilera con muchas personas, para poder entrar en una parte o acercarse a un lugar con algún objeto.
Fila (y su étimo próximo, el francés file ) provienen, en último término, del latín filum , que generó en castellano hilo y filo -siempre con la idea común de longitud y angostura- junto con el resto de la familia: hilacha, deshilachar, hilar, hilera, filoso, afilar, filamento, filete, desfilar, desfile, perfil, perfilar. Cola , por su parte, incluye la idea de apéndice alargado y se aplica primariamente a la extremidad posterior del cuerpo de algunos animales y, extensivamente, se habla de un piano de cola, de la cola de un vestido de novia o de un cometa, e, incluso, se dice que un asunto va a traer cola.
Mientras tanto seguiremos acortando nuestras expectativas de vida formando parte de filas (indias, criollas o gringas) o haciendo colas. Y Calderón (don Pedro) -de haber vivido siglos más tarde- hubiera escrito tal vez: ¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión, / una cola , una ficción.