El favoritismo de los padres con algunos de sus hijos es sin lugar a dudas un tema polémico en cada familia. Incluso, en redes sociales circulan memes relacionados a estas curiosas situaciones. Para comprender mejor este fenómeno, hay varios estudios que se realizaron con el fin de comprender las dinámicas y comportamientos familiares que llevan a los padres a sentirse más inclinados por el cariño y afecto de uno de sus hijos.
“No todos los padres tienen un hijo favorito, pero muchos sí (...). Los datos sugieren que las madres, en particular, muestran favoritismo hacia los niños que tienen valores similares a los suyos y que se involucran más con la familia, por encima de cualidades como ser muy ambiciosos o motivados por su carrera”, aseguró a la BBC Jessica Griffin, profesora asociada de psiquiatría y pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts.
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Según Vínculos recíprocos entre crianza diferencial, parcialidad percibida y autoestima: un estudio longitudinal de tres ondas, un análisis realizado por los doctores Barbara Shebloski, Katherine Conger, Keith Widaman en el 2006, se dan las bases para asegurar que hasta el 74 % de las madres y el 70 % de los padres en el Reino Unido muestran un trato preferencial hacia un niño.
¿Por qué hay hijos favoritos?
Partiendo de ese estudio, YouGov, una firma de análisis de datos, indicó que en el 2020 tan solo el 10% de los padres sí tenía un hijo favorito. Sin embargo, los expertos aseguran que la cifra puede ser más elevada, pues se trata de un tema “tabú” del cual se habla poco o nada en las familias.
Asimismo, la misma firma notó una variable constante. Se trata de la preferencia hacia los hijos menores de las parejas, pues los números mostraron una enorme inclinación por el “bebé de la familia”, con un 62% de los padres que tienen dos hijos.
El 43% de los padres con tres o más hijos prefieren al último hijo, un tercio elige al hijo del medio y solo el 19% se inclina por el mayor. Según la Doctora Vijayeti Sinh, psicóloga clínica en el Hospital Mount Sinai de la ciudad de Nueva York, el favoritismo hacia un niño pequeño tiene que ver con las habilidades sociales y emocionales basadas en la crianza, pues los padres y tienen más experiencia adquirida con los hijos mayores, por lo que tienen una mejor idea de cómo quieren guiar la educación.
”Los padres tienden a favorecer a un niño que se parece más a ellos, les recuerda a ellos mismos o representa lo que ven como un éxito de la crianza. Es más probable que los niños más pequeños hayan sido criados por un padre que, con el tiempo y la experiencia, tenga más confianza y habilidad en la crianza de sus hijos”, aseguró la doctora Sinh.
Implicaciones en la convivencia
Si bien la mayoría de los padres no suelen admitir las preferencias o afinidad con sus hijos, hay algunos que tienen una mentalidad diferente. Una mujer comentó en exclusiva a la BBC que “para resumir nuestras relaciones: tengo que hacer una cita para hablar con mi hijo mayor. Por el contrario, con mi hijo menor, podría llamarlo a las 2 a. m. y conduciría kilómetros para encontrarse conmigo. Mi hijo menor es el tipo más agradable del planeta. Es cariñoso, generoso, cortés y amistoso. Es el tipo de persona que ayudaría a cualquiera”.
Aunque aceptar sus sentimientos significó atravesar todo un proceso de culpabilidad, la mujer asegura que “podría escribir un libro sobre por qué amo a uno más que al otro. Ha sido duro, pero no tengo ninguna culpa”. Sin embargo, para los padres puede resultar abrumador el hecho de favorecer a alguno de sus hijos y generar conflictos entre ellos a futuro.
Respecto a esto, la doctora Sinh aseguró que “los niños que crecen en familias donde sienten que son tratados injustamente pueden experimentar una profunda sensación de indignación. Pueden sentir que no son amados de alguna manera, o que no poseen los rasgos y características especiales necesarios para ser amados por los demás. Sentirse como la ‘oveja negra de la familia’ puede generar miedos e inseguridades: los niños pueden volverse autoprotectores y tratar de ser demasiado agradables con los demás”.
La experta comentó que hay dos extremos en cuanto a demostrar favoritismos, pues hay unos “descaradamente obvios en su demostración de amor y afecto. Pero cuando los padres son atentos, reflexivos y hacen todo lo posible para asegurarse de que cualquier sentimiento de cercanía o simpatía no sea simple y claro, entonces los niños no se sienten indignos del amor y el apoyo de sus padres”.
Sinh explicó además que en la mayoría de los casos no es posible que los niños diferencien las preferencias. Para ello se evidenció un estudio realizado por Jill Suitor, profesora de sociología en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad de Purdue,el cual concluyó que “la mayoría de los hijos adultos tienen percepciones muy inexactas de las preferencias de su madre”, en números serían ubicados como el 60 % de los encuestados.
Por otra parte, el estudio de YouGov arrojó que cuatro de cada cinco afirmó que su hermano era más favorecido que ellos, por lo que se enfrentan las visiones analizadas.
‘Querer más a uno no significa menos amor para los demás’
La profesora Griffin recomendó a los padres o niños que descubren, que el favoritismo está afectando sus relaciones o su salud mental, que hablen con un pediatra o un proveedor de salud mental, pues por medio de ejercicios sencillos que demuestran cuidado y atención se podrá mantener una relación sana entre todos.
Además, aseguró a los padres que “no se sientan mal por tener algún favoritismo, es completamente normal”. Según Griffin habrá días en los que se prefiera estar cerca de un niño en vez del otro, por varias razones diferentes. “Lo importante para recordar es que tener un hijo favorito no significa que ames menos a tus otros hijos”, añadió.
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