Hasta hace poco, Teresita Serrano no se sentía con plena seguridad al escoger los productos de su preferencia cuando compra en el supermercado. Con la ayuda de Linda, su perra lazarillo, esta mujer no vidente lograba orientarse en un local, pero, una vez frente a los estantes, debía confiar sus decisiones de compra a su sentido del olfato o dejar que otros seleccionaran por ella.
“Es muy difícil para una persona con discapacidad visual encontrar a alguien que le asista durante el recorrido por el supermercado. Generalmente se limitan a indicarle a uno dónde está el producto que busca, pero después de ahí uno no tiene libertad para escoger”, comentó esta maestra de 36 años.
Su olfato la llevaba a reconocer el pasillo del café o de los detergentes, pero después de ahí, su libertad de escogencia estaba limitada.
“Este sistema de rótulos en braille es fantástico porque ahora sí puedo enterarme de lo que voy a comprar. Ya no llevo una lata de atún, sino el tipo de atún que me gusta, el de vegetales. Es una forma de hacernos sentir parte del sistema, sin tener que depender de otras personas para hacer las compras”, dijo Serrano.
Con Linda a la cabeza, la mujer comenzó su recorrido por los estantes y se detenía en cada producto para estudiar sus características. “Antes solo sabía reconocer el producto por medio del tacto o del olfato. Si necesitaba una bolsa de arroz, nada más iba al pasillo donde estaban y tomaba cualquiera”, puntualizó la educadora.
Serrano señaló que la información en los rótulos es básica, pero no es suficiente para tomar una decisión de compra.
“Antes no conocía mucho de marcas, pero creo que como consumidora tengo todo el derecho de escoger las que me parecen mejores, y ahora sí tengo esa posibilidad de comparar. A veces me desoriento un poco cuando estoy leyendo, debido a que me encuentro palabras que no conozco; sin embargo, en realidad son marcas que no conozco”, manifestó.
La propietaria del supermercado El Tesoro, Libia Camacho, dijo que los rótulos en braille de su establecimiento han sorprendido a sus clientes.
“Es una forma de llamar la atención sobre las necesidades que tienen las personas discapacitadas, pues nosotros nunca nos ponemos a pensar en eso”, afírmó Camacho.