Con la llegada del ADSL, las funciones básicas a las que un usuario residencial de Internet está acostumbrado se verán ampliadas y potencializadas.
El chateo, por ejemplo, pasará de ser un simple envío y recepción de textos a un intercambio de audio, video y archivos pesados.
Con mejor tecnología, este tipo de comunicación puede devenir en una videoconferencia, que a su vez se utiliza en la tele-educación, de manera que podrían tomarse cursos completos por medio de la red e interactuar con otros estudiantes.
El intercambio de archivos pesados será más rápido y esto permitirá tanto que las personas bajen películas completas o clips de audio así como que amplíen sus conocimientos bajando a sus computadoras libros o ediciones exclusivas de las múltiples bibliotecas digitales que comienzan a aumentar y difundir sus colecciones en línea.
Oír en directo una ópera en una radio londinense y bajar los noticieros de una televisora coreana mientras envía correos electrónicos y transmite datos entre redes no será un imposible, como sucede con una conexión telefónica convencional a Internet.
Impulso. Pero además, otros proyectos que se han desarrollado con lentitud en el país, como la telemedicina y la televigilancia podrán obtener un nuevo impulso, pues las conexiones de banda ancha se harán cada día más comunes en los hogares.
Esta popularización permitirá también desarrollar el teletrabajo, con el cual la persona no tiene la obligación de salir de su casa para cumplir con las obligaciones que tendría en su oficina.
El comercio, en especial de las pequeñas empresas, se beneficiará directamente. Ahora podría recibir notificaciones en tiempo real de cambios en su inventario y reaccionar para no perder ni un solo cliente.
Algunas de estas funcionalidades requieren equipo y programas especiales, "pero la base general de trabajo, la red que permite el trasporte de los datos, ya está lista", comentó el ingeniero Omar Hernández, director de la Unidad Estratégica de Valor Agregado del ICE.