Santiago, Chile. Las alas de las mariposas son más que accesorios de la naturaleza para poder volar.
Un nuevo estudio de la Universidad California en Irvine revela que las estructuras microscópicas que dan a las mariposas sus colores vibrantes también pueden desempeñar un papel vital en la forma en que estos insectos se adaptan a los climas extremos.
Tal como las tejas en un techo, estas microestructuras se entrelazan para atrapar y liberar calor. Los investigadores descubrieron que las mariposas de climas más cálidos tienden a liberar el calor más rápidamente, mientras que las mariposas más adaptadas al frío lo retienen durante mayor tiempo. GDA/El Mercurio/Chile