Los pasos subterráneos diseñados para que los animales crucen los dos kilómetros de carretera que bordean el Refugio de Vida Silvestre Barú sí están siendo utilizados por estos.
Así lo demostraron las huellas encontradas en estos túneles y alcantarillas durante un monitoreo realizado por funcionarios del refugio entre julio y octubre de 2013.
El refugio se encuentra cerca del río Barú, límite natural entre los cantones de Aguirre y Osa. La carretera atraviesa precisamente el corredor biológico que conecta la zona boscosa del refugio con la zona costera.
En esos dos kilómetros de carretera, correspondiente a la Costanera Sur, se construyeron 33 pasos de fauna: cuatro de tipo aéreo para monos, ardillas y otras especies arborícolas, siete de tipo redondo y 22 de tipo cuadrado asemejando túneles.
Según Ronald Villalobos, investigador del refugio, estos pasos fueron construidos por la unidad ejecutora del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) tras una carta enviada por funcionarios del refugio que mostraba preocupación por la ampliación de la carretera.
"Dichosamente, el MOPT estuvo anuente y trasladó la propuesta de pasos de fauna a Setena que los incluyó en el estudio de impacto ambiental como medidas de mitigación para evitar accidentes en carretera", comentó Villalobos durante su ponencia en el Simposio de Animales en Carretera realizado en la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
La decisión de dónde colocar estos pasos de fauna se basó en la experiencia de los funcionarios del refugio y en la de los guías de turismo de la zona. Incluso, los guías de canopy ayudaron en la instalación de los pasos aéreos.
"Al principio, los monos usaban solo una parte del paso aéreo. Ya después agarraron más confianza y ahora hasta se ponen a jugar", dijo Villalobos.
Sin embargo, y con tal de conocer cuan efectivos eran estos pasos, los investigadores del refugio se dieron a la tarea de monitorearlos.
Monitoreo. En total se están evaluando 12 pasos subterráneos: cuatro tipo redondo y ocho tipo cuadrado. El registro de datos lo realizan cada tres días.
Para ello, los investigadores utilizan seis parcelas permanentes que consisten en la delimitación de un área de 25 metros cuadrados donde cuentan huellas e identifican la especie. También usan parcelas móviles, las cuales consisten en un cuadro de 50 x 50 centímetros que se coloca a nueves metros de la anclada de los túneles.
A partir del conteo de huellas observaron que, en los dos meses muestreados correspondientes a julio y octubre, el 14% de los pasos redondos sí fueron utilizados.
En cuanto a los pasos cuadrados, el 73% sí fueron utilizados en julio y aumentó a 86% en octubre.
Con esta información preliminar, y según Villalobos, se podría decir que el paso de fauna más efectivo para las especies del refugio es de tipo cuadrado.
Se prevé que el estudio finalice en agosto.