El aire que se respira en la Gran Área Metropolitana (GAM) está lejos de considerarse limpio o sano y la responsabilidad de ello recae en el sector transporte.
“El 65% de las emisiones contaminantes en el país se deben al transporte, sobre todo por al envejecimiento de la flota vehicular y las presas”, comentó Jorge Herrera, investigador del Laboratorio de Análisis Ambiental de la Universidad Nacional (UNA).
Herrera formó parte del equipo que elaboró el VI Informe sobre Calidad del Aire de la GAM (2013-2015), el cual fue presentado este viernes por los ministerios de Salud, Ambiente y Energía (Minae) y Obras Públicas y Transportes (MOPT).
La flota vehicular que circula en Costa Rica consta de 1,3 millones de unidades y su edad promedio es de 16 años.
Un carro de 15 años o más supera entre tres y cuatro veces la garantía de emisiones dada por los fabricantes. Esa garantía es otorgada por las casas automotrices para los cinco años posteriores a su fabricación.
“Después de 10 años, los vehículos empiezan a deteriorarse y a emitir más contaminantes”, explicó Herrera a La Nación.
Asimismo, la contaminación está asociada a la velocidad de circulación. “Un automóvil modelo 2005 que circula en la ciudad a 25 kilómetros por hora va a generar 35 gramos de monóxido de carbono por cada kilómetro recorrido. Si está en una presa, con una velocidad de menos 4 km/h, el valor de contaminación se dispara a 118 gramos por kilómetro recorrido”, destacó Herrera.
En este sentido, y según el investigador, los esfuerzos para mejorar la calidad del aire deben pensarse en función de incentivar una movilidad diferente.
Medidas. En el VII Plan Nacional de Energía 2015-2030 se detallan acciones en esta materia, como el Programa de Adquisición de Vehículos Eficientes (PAVE), la creación de un canon por emisiones, la electrificación del transporte, la regulación a la importación de vehículos nuevos y usados , la sectorización y el pago electrónico en el transporte público y el mejoramiento de la calidad de los combustibles .
Según el viceministro de Transportes, Sebastián Urbina, ya se avanza en algunas de estas. Por ejemplo, en mayo se publicó el reglamento para el control de emisiones contaminantes, en el cual se establecen lineamientos para regular el ingreso y circulación de vehículos livianos con base en sus emisiones.
Asimismo, el MOPT elabora un reglamento que pretende crear un canon por emisiones. Eso obligaría a los dueños de vehículos contaminantes a pagar por sus emisiones cuando se les realiza la inspección técnica.
Estudio. El VI Informe sobre Calidad del Aire de la GAM reúne los resultados del monitoreo realizado entre el 2013 y el 2015. Uno de los aspectos que se analizó fueron las partículas finas (conocidas como PM 2,5), las cuales se derivan de los procesos de quema de combustibles fósiles, tanto en vehículos como en industrias.
La norma establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es 10 microgramos por metro cúbico (ug/m3).
En el 2015, los científicos de la UNA monitorearon dos sitios: las cercanías de la Municipalidad de San José y los alrededores de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), en La Uruca.
En el primer sitio, se registró un promedio anual de 25 ug/m3 y en el segundo, 27 ug/m3. Ambos exceden el límite determinado por la OMS.
Otro de los contaminantes que se midió fue el dióxido de nitrógeno, también derivado de la quema de combustibles fósiles.
Se hicieron mediciones en 60 sitios y de esos, 16 superaron el límite de 40 ug/m3 propuesto por la OMS: once en San José, tres en Belén y dos en Alajuela.
Los lugares más críticos son frente al Hospital San Juan de Dios (65 ug/m3); los alrededores del Walmart de San Sebastián (55 ug/m3); bomba La Castellana (54 ug/m3); catedral metropolitana (50 ug/m3) y frente a las oficinas centrales de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), con 47 ug/m3.
“En general, los sitios exceden entre 30 y 50% la norma de calidad de aire”, dijo Herrera.