"¿Por qué no estamos convirtiendo la basura en nuevos productos?". Esa simple pregunta abrió todo un mundo de posibilidades para el arquitecto taiwanés Arthur Huang.
Pero sería la respuesta a esa interrogante la que finalmente lo colocaría en la ruta correcta para convertirse en un pionero mundial en el desarrollo de nuevas aplicaciones para el uso de los residuos posconsumo: "El material tiene que ser de nuevo sexi", asegura.
Justamente eso es lo que ha tratado de hacer Huang desde que cofundó en el 2005 la firma Miniwiz, con la misión de mostrar al mundo el potencial ilimitado de la basura, convirtiéndola en productos con finos acabados y de apariencia suntuosa.
Desde su oficina en Taiwán, Huang, de 40 años, conversó vía Skype con La Nación sobre el ambicioso trabajo que realiza junto con su equipo, creando mueblería, ropa, zapatos, anteojos y ¡hasta construcciones! con material reciclable.
Precisamente, una de las apuestas más conocidas de este arquitecto es la construcción de edificios como el EcoArk, ubicado en Taipéi, Taiwán.
Se trata de la primera estructura pública completamente funcional del mundo hecha de Polli-Brick, un tipo de material de construcción elaborado 100% con tereftalato de polietileno, más conocido como PET por sus siglas en inglés.
El EcoArk se construyó usando 1,5 millones de botellas de plástico reciclado, cuenta con nueve pisos y fue desarrollado como la estructura principal para la Exposición Internacional de Flora de Taipei en el año 2010. Posteriormente se convirtió en un museo público.
Cubre un área del tamaño de seis canchas de baloncesto y pesa un 50% menos que un edificio convencional, pero es lo suficientemente fuerte como para resistir los embates de la naturaleza, incluido el fuego.
En cada producto que confeccionan en Miniwiz, la prioridad es ofrecer una estética atractiva, que haga olvidar a las personas que están ante algo hecho de basura.
Su prestigio los ha llevado a colaborar con la empresa Nike. En el 2015 se les designó la construcción de nueve de sus tiendas en distintas partes del mundo y acondicionar sus interiores.
Las propuestas que han desarrollado para prototipos de casas y negocios evocan una imagen lujosa, muy alejada de las ideas preconcebidas de lo que tiene que ver con la basura.
Un ejemplo de esto es la Casa de Basura, ubicada en la ciudad italiana de Milán. En su interior se pueden encontrar hermosas y nuevas aplicaciones hechas a partir de residuos de la industria de la moda, del envasado de alimentos, de tazas de café y hasta de los teléfonos móviles.
Este espacio sirve como sala de exhibiciones, oficina y espacio fotográfico. Fue creado en colaboración con la firma Pentatonic, la innovadora marca de artículos para el hogar y accesorios emergentes, así como el principal grupo de diseño y comunicaciones de Italia, Sartoria Comunicazione.
Desechando el modelo lineal
La visión de Miniwiz, liderada por Huang, los ha convertido en un punto de conexión entre las exigencias de los gobiernos para que las empresas se hagan responsables de los desechos generados por sus productos.
"El gobierno quiere que el negocio se deshaga de los desechos, que sea responsable de ellos, pero el problema es que no hay tecnología para reciclarlos", aseveró.
Miniwiz supo reconocer esta necesidad y aprovechó la oportunidad para explotar su creatividad, en la búsqueda de soluciones que conviertan esta basura en nuevos productos de valor.
“Nosotros no estamos escondiendo ninguna tecnología, somos muy abiertos con esto, explicamos cómo hacerlo, es simplemente que la gente tenga ese impulso y se atrevan”, indicó José López, diseñador arquitectónico senior de Miniwiz, quien se sumó a la conversación.
Estos productos son prototipos que pretenden inspirar a las compañías sobre el valor que se esconde en su basura.
Propuestas de valor como estas, también están encaminadas a demostrar que es posible cambiar el paradigma que durante los últimos 150 años ha impuesto la evolución de la industria: un modelo de producción y consumo lineal.
Según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), este sistema está fundamentado en la manufacturación de bienes a partir de materias primas, que son vendidas y usadas, para luego ser descartadas o incineradas como desechos, en un ciclo finito.
"Estamos siendo consentidos por la conveniencia y lo barato de los productos, eso hace difícil cambiar el sistema; escogimos la ruta más fácil y la más sucia", advirtió Huang.
Buscando socios
Hasta el momento Miniwiz concentra sus energías en impulsar proyectos en las naciones desarrolladas. Por ello es usual ver que sus iniciativas se concentren en ciudades como Nueva York, Tokio, Londres o Milán.
Esto responde a una estrategia y una “cruel realidad” del mundo actual, aseguró el arquitecto.
“No es porque no queramos hacerlo en naciones en desarrollo, es solo que el deseo de consumir viene de los países desarrollados, por eso queremos influir a las naciones desarrolladas para que el resto sigan su ejemplo”, explicó Huang.
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Aun así, el líder de Miniwiz espera cambiar pronto esta situación y encontrar nuevos socios en América Latina, cuando visite Costa Rica en el mes de setiembre, como parte de los conferencistas que participarán en el I Congreso Latinoamericano sobre Sostenibilidad, Ecología y Evolución (SEE).
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Se espera que más de 2.000 personas de toda América Latina se den cita del 26 al 29 de setiembre en el centro de eventos, Parque Viva, situado en La Guácima de Alajuela, para conocer las experiencias de expositores de renombre global, intercambiar ideas y hacer negocios.
Las personas interesadas en asistir recibirán un 40% de descuento al comprar los tiquetes, antes del 15 de julio, uno de los dos paquetes que se han puesto a disposición del público: Experiencia Oro $390 (precio regular $650) y Experiencia Plata $285 (precio regular $475).
Los tiquetes están a la venta en el sitio web laboleteria.cr.
Nada es sustentable
Al consultarle al arquitecto sobre lo que piensa del concepto de sostenibilidad, su respuesta es franca y sorpresiva: "Lo odiamos, es falso”.
"Nada es sustentable en este momento, nada es natural, todo es procesado y genéticamente modificado. Hay que usar esa palabra con cuidado, porque ¿sostenibilidad para quién?", agregó.
Para Huang, el concepto no está relacionado con el medio ambiente, sino con el sistema económico capitalista y el malestar social que provoca la brecha entre ricos y pobres, "por eso le importa al gobierno".
Esto también va de la mano con el sistema de producción lineal que impera actualmente, el cual si bien es muy eficiente en el sentido de dinero y materiales, no es sustentable porque los resultados no se pueden volver a utilizar.
"Es un sistema que no está funcionando, el productor no se hace responsable de la descomposición, a su vez el comprador ni el productor se benefician de la descomposición".
De ahí la necesidad de cambiar a un modelo económico circular, que consiste en un sistema industrial que sustituye el concepto de fin de vida de un producto por el de regeneración o restauración.
Baldosas o sillas creadas a partir de pajillas y vasos triturados de la empresa Starbucks, son algunas de las otras ingeniosas aplicaciones que ha desarrollado Miniwiz, siguiendo esta filosofía.