En el sotobosque costarricense, vegetación que crece debajo de los árboles, se prevé la presencia de 52 especies de mamíferos terrestres. Si bien existía mucha expectativa por parte de los guardaparques, ellos sabían que era difícil observarlas a todas.
Sin embargo, la sorpresa vino cuando empezaron a revisar los videos captados por las cámaras trampa colocadas, entre noviembre del 2015 y julio del 2016, en 30 puntos de muestreo tanto dentro como fuera de áreas silvestres protegidas.
LEA: Guardaparques usarán cámaras trampa para investigar bosques
En total, y en tan solo nueve meses, se pudieron observar 38 especies. Eso quiere decir que lograron ver el 73% del total de especies esperadas para el sotobosque de Costa Rica.
"El número de especies registradas supera lo esperado para ser un proyecto piloto y una primera ronda", comentó Luis Rojas, coordinador del proyecto Mapcobio, un esfuerzo conjunto del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) y la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).
Las cámaras trampa son "cámaras escondidas" que se activan en ausencia del ser humano gracias a sensores de movimiento o calor. Esa característica permite conocer el comportamiento de la fauna, sus horas de actividad e incluso hábitos.
VEA: Cámaras revelan los secretos del bosque
Del total de animales captados por estas cámaras, 75% fueron mamíferos, 23% aves y 2% reptiles e invertebrados.
Estudio
El monitoreo a través de cámaras trampa abarcó 11 áreas de conservación. Participaron 45 guardaparques y 130 personas de comunidades aledañas entre finqueros, bomberos forestales, jóvenes, turistas, guías locales y operadores turísticos, entre otros.
Se contó con 77 cámaras trampa, siete por área de conservación, y lastimosamente, cuatro de estas fueron robadas.
Para escoger el sitio de muestreo, guardaparques y vecinos rastrearon huellas para identificar senderos naturales utilizados por los animales y de esta manera evitar los empleados por los seres humanos.
Una vez definido el lugar, se ató la cámara a un árbol, a una altura entre 35 y 40 centímetros del suelo y levemente inclinada hacia abajo.
Las cámaras estaban separadas una de otra por un kilómetro de distancia y se mantuvieron en el sitio durante 30 días.
Resultados
Las áreas de conservación que más especies registraron fueron Tortuguero con 27, Osa y Arenal Tempisque con 24, así como Huetar Norte con 21.
En cuanto a especies en peligro de extinción y raras, como el grisón (Galictis vitatta), los lugares con mayores registros fueron Barra del Colorado (22 especies), reserva de la Universidad Earth (16), Reserva Forestal Golfo Dulce (16), Parque Nacional Juan Castro Blanco (16), Parque Nacional Guanacaste (16), Parque Nacional Diriá (16), Zona Protectora Monterverde (15), Parque Nacional Braulio Carrillo (15) y Reserva Pacuare (13).
MÁS INFORMACIÓN: Comunidades son clave en monitoreo con cámaras trampa
Algunas de esas especies, como un jaguar en Barra del Colorado, se reportaron en sitios nuevos donde nunca antes se habían observado, incluso fuera de áreas silvestres protegidas.
"Eso nos demuestra el papel tan importante que juegan las reservas privadas en los esfuerzos de conservación", comentó Masaki Osawa de JICA.
Para Rojas, los resultados del proyecto Mapcobio evidencian que la protección de la biodiversidad no puede suscribirse solo a parques nacionales y refugios de vida silvestre, sino que requiere de acciones fuera de estas como fincas y reservas privadas así como corredores biológicos.
En cuanto a especies, el armadillo (Dasypus novemcinctus) se registró en todas las áreas de conservación mientras que se reportó la presencia de la guatusa (Dasyprocta punctata), el pizote (Nasua narica), el zorro pelón (Didelphis marsupialis) y el saíno (Pecari tajacu) en nueve de las 11 áreas.
Con respecto al total de los videos, independientemente del lugar, las especies con mayor presencia fueron la guatusa, el pizote, el saíno, el armadillo y la rata espinosa.
"Las especies que coinciden en ser las más comunes registradas en las áreas de conservación y las mayormente capturadas fueron el armadillo, guatusa, pizote y saíno, que corresponden a presas, siendo un indicador del recurso disponible para las especies predadoras", se lee en el informe de Mapcobio.
En referencia a esos animales predadores, las seis especies de felinos esperadas para el país aparecieron en los videos. Se trata del jaguar (Panthera onca), puma (Puma concolor), león breñero o yaguarundí (Puma yagouaroundi), manigordo (Leopardus pardalis), caucel (Leopardus wiedii) y tigrillo (Leopardus tigrinus).
LEA: Los cerdos abundan en la Isla del Coco
Esto, según Rojas y Osawa, da esperanza. Estos animales son considerados como indicadores de la salud del ecosistema debido a la función que cumplen como controladores biológicos. Su ausencia se traduce en desequilibrio y por ello se dice que son especies sombrilla: cuando ellos están bien, el resto de la fauna también lo está.
El manigordo fue el que más apareció en los videos, seguido del puma. En cuanto a áreas de conservación, el manigordo apareció en las cámaras de siete áreas, mientras que el puma en nueve. Se vieron tanto dentro como fuera de áreas silvestres protegidas.
Tal como se esperaba, se dieron pocos registro de cauceles y tigrillos por ser especies más arborícolas. Lo mismo con el yaguarundí, el cual es más habitual en áreas alteradas y no en zonas boscosas.
En cuanto al jaguar, se observaron 11 individuos, incluidas dos hembras con cría. Gracias a Mapcobio, esta especie se reportó por primera vez para el Refugio Mixto Caño Negro.
No todas fueron buenas noticias. El oso hormiguero gigante u oso caballo (Myrmecophaga tridactyla) sigue sin aparecer en Costa Rica.