Los investigadores Nathan Robinson y Christina Figgener de la organización The Leatherback Trust removieron una pajilla de 10 centímetros de la fosa nasal de una tortuga lora (Lepidochelys olivacea) en Guanacaste.
El utensilio de plástico impedía al quelonio respirar con normalidad. La tortuga probablemente tragó la pajilla y al tratar de expulsarla, esta se dirigió al conducto equivocado.
"Lamentablemente esto es consecuencia del hábito del un solo uso y el empleo de plástico no biodegradable con que actualmente vivimos. Existe una solución y está se asienta en nuestras decisiones. Por favor diga no al plástico de un solo uso. Cada pajilla, bolsa o botella plástica termina en los océanos y podría marcar la diferencia entre la vida o muerte de cualquier animal marino", escribió Robinson en su perfil de Facebook.
Según la organización Ocean Conservancy, las pajillas y removedores de plástico se encuentran entre los 10 residuos más comunes encontrados por los voluntarios durante las jornadas de limpieza de playa.