El Parque Internacional La Amistad en Talamanca, Costa Rica, es un posible hogar del Speothos venaticus, conocido popularmente “perro vinagre” o “perro de monte”. No se trata de cualquier hábitat, sino del posible lugar de residencia más al norte en el continente americano, dado que este animal es originario de Suramérica.
Científicos de la Universidad Nacional (UNA) y de la Universidad Point Loma Nazarene, en San Diego, California, trabajan desde hace años en monitoreos de la biodiversidad de este parque. Las cámaras captaron en dos ocasiones entre abril del 2017 y mayo del 2018 la presencia de este animal en el sector de Barbilla, esta es la primera vez que se ve en este punto.
“En ocasiones anteriores lo habíamos visto, hay registros del 2016, pero más cerca de la frontera con Panamá, nunca tan al norte”, confirmó a La Nación Carolina Sáenz, investigadora del Instituto en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (ICOMVIS-UNA).
¿Por qué al animal se le conoce como “perro vinagre”? De acuerdo con la científica, el olor que expele la orina de este mamífero es muy similar al del vinagre.
“Para nosotros ver esto en las cámaras significa mucho. Son tantos años trabajando en la zona, y que vaya apareciendo este individuo que es tan esquivo... es maravilloso. Se sabe muy poco de él, incluso en Suramérica, de donde es originario, se conoce muy poco, porque es muy huidizo, cuesta estudiarlo”, expresó Sáenz.
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¿Qué se sabe de este mamífero?
Sáenz indicó que este mamífero es pequeño, tiene las patas cortas. Es carnívoro, pero no solo come presas pequeñas, pues ataca en manada y con esto puede matar animales más grandes para luego comerlos.
“Se han documentado casos en donde han cazado dantas”, destacó la especialista.
Además, esta especie es descrita como “exigente y delicada”, busca sitios con poca presencia de intervención humana para vivir.
De hecho, el sitio donde fue visto tiene esas características: es un bosque primario, al que los seres humanos tienen poco acceso y no está cerca de carreteras. El terreno también es empinado, lo que dificulta aún más la presencia humana.
“Tenemos que seguir estudiando el tema y ver por qué fue visto por estas cámaras, si es que amplió su rango de hábitat más al norte, si es que ya estaba desde hace tiempo, pero al ser tan esquivo nunca lo habíamos visto. Los indígenas de la zona nos dicen que no lo conocían ni lo habían visto, pero cuentan que sus antepasados sí. Tal vez es que se fue durante algún tiempo y ya volvió. Es todo un tema que debemos estudiar”, explicó Sáenz.
“El monitoreo es primordial en esta zona para así poder conocer mejor las características de este animal y la razón por la cual lo encontramos en La Amistad”, concluyó la científica.