El Salvador
La pesca artesanal en los litorales del Pacífico y Caribe de Centroamérica se redujo en forma notable por factores naturales y el cambio climático.
"A excepción de Playas Negras, (El Salvador) y Masachapa (Nicaragua), el resto de centros monitoreados informan poca pesca y precios bajos", reveló la Organización del Sector Pesquero del Istmo Centroamericano (Ospesca) en una nota técnica sobre el sector, en el que participan unos 152.000 pescadores artesanales.
La pesca en los dos litorales centroamericanos, tanto artesanal como industrial, dejan a la región ingresos por $2.500 millones anuales, pero este año ha caído 25%.
La captura de peces se ha visto afectada por factores vinculados al cambio climático como el incremento de la temperatura del agua y la migración de especies, según el informe.
El cambio climático "se prevé que afectará a los organismos de manera individual durante todas las etapas de la vida, lo que impactará las poblaciones de una especie, las comunidades y el funcionamiento de los ecosistemas", advierte Ospesca.
Un caso, que "es importante darle seguimiento", según el ente especializado, es el que se refiere al Golfo de Honduras en la porción del Caribe que corresponde a Guatemala.
En ese punto de las aguas guatemaltecas, de acuerdo al informe, "hay una buena productividad", particularmente para las especies herbívoras; pero los pescadores en Livingston, Izabal, explicaron que la transparencia del agua mantiene a los cardúmenes alejados de la costa lo que "dificulta las labores de pesca".
En Puerto Cortés, Honduras, el rendimiento de los pescadores artesanales se mantiene bajo, a pesar que atrapan pargos, como especie principal, las cantidades "difícilmente puedan pagar los costos de operación".
En el sector de Remedios, oeste de Panamá, Los pescadores "no han tenido buenas capturas" y muchos ni siquiera cubren sus gastos de avituallamiento.
La esperanza de los pescadores es que los mejores meses de pesca sean de octubre a diciembre.
Informes oficiales consignan que los países centroamericanos tienen un consumo promedio por persona de 8,5 kilos de productos del mar por año, frente al promedio mundial de 19,2 kilos.