Una laguna de almacenamiento de aguas presuntamente envenenadas con químicos altamente tóxicos como cianuro y mercurio, en una planta minera ubicada en Abangares, Guanacaste, colapsó este viernes.
El rompimiento de una de esas pilas donde se almacenan los compuestos para separar los metales de otros materiales, conocidas como lagunas de relaves, generó una enorme cantidad de lodo, que descendió a través de una quebrada que desemboca en el río Abangares, el cual conecta con el margen este del golfo de Nicoya.
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La Unión Cantonal de Asociaciones de Desarrollo de Abangares (Uncada) calificó lo sucedido como una “tragedia ambiental” y aseguró que la situación “no es producto de la minería artesanal”.
En este cantón, la extracción artesanal del oro es una de las principales fuentes de ingreso.
La agrupación comunal hizo un llamado a los vecinos de comunidades cercanas, así como a las personas que se dedican a la agricultura, ganadería y sector pesquero, a evitar que se acerquen a los ríos que son subafluentes del Abangares, ya que “se encuentran contaminados por sustancias toxicas”. Algunos residentes compartieron en redes sociales imágenes en las que se observa una considerable cantidad de lodo.
Las lagunas de relaves normalmente tienen presencia de químicos altamente tóxicos como el cianuro o el mercurio, por lo que pueden causar serias repercusiones al medio ambiente, como la muerte de animales y la contaminación de mantos acuíferos.
“Las lagunas de relaves, que es donde se descomponen los químicos, por medio de los cuales se ha separado el oro de la roca y otras cosas, son altamente contaminantes, en principio. Cuando hay un rompimiento de una laguna, como pasó hace varios años en la mina Bella Vista, en Miramar, hubo un problema bastante grande de contaminación a cuerpos de agua”, apuntó el abogado ecologista Álvaro Sagot.
Sagot explicó que, en este tipo de desastres, no solamente se afectan aguas superficiales, como cauces de ríos, sino también de mantos acuíferos.
“Dependiendo de dónde estén y cómo sean, podrían generar problemas de contaminación a fuentes de agua, donde la gente que tiene pozos, como las Asadas, también pueden verse afectados. Es sumamente delicado el rompimiento de este tipo de lagunas”, recalcó.
La Dirección de Geología y Minas (DGM) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), se encarga de otorgar los permisos para la operación de estas plantas.
El abogado ecologista remarcó que uno de los problemas más serios que existe en el país, en relación a estas licencias de explotación, es que la garantía ambiental es sumamente baja.
“La garantía que está para resolver ante eventualidades de impactos ambientales negativos es sumamente baja, un 1% del proyecto. Por lo tanto, en muchísimas ocasiones, ni siquiera sirven para restaurar lo que es evidente y manifiesto, menos para solventar problemas hacia el futuro para las personas o la biodiversidad, por ser montos prácticamente ridículos”, apuntó Sagot.
Se intentó ampliar la información con el alcalde de Abangares, Heriberto Cubero, así como con la Fuerza Pública del cantón, pero al cierre de esta nota no se obtuvo respuesta.