París, Francia
Con los actuales compromisos de reducción de emisiones de carbono presentados por 183 países ante Naciones Unidas (ONU), la temperatura promedio del planeta subiría entre 2,7 y 3,5 grados Celsius (°C).
No obstante, la meta establecida en el 2009 es evitar un aumento de 2 °C, por lo que estos compromisos son insuficientes. Así lo destacó Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en una rueda de prensa en el marco de la cumbre del clima (COP21), que tiene lugar en Le Bourget, Francia.
“Esos compromisos no son suficientes, de ahí la importancia de las negociaciones”, declaró Figueres a la prensa.
Aunque se quedaron cortas, esas cuotas de reducción sí están evitando que la temperatura suba entre 4 y 5 °C, como se proyecta en el eventual escenario de no hacer nada.
Para reducir tal diferencia entre 3,5 y 2 °C, algunas naciones abogan por revisar las metas cada cinco años y reajustarlas para que sean suficientemente ambiciosas.
Otros, como Estados insulares, promueven que la meta sea 1,5 °C, en vez de 2 °C.
¿Por qué 2 °C? Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), un aumento promedio de la temperatura de 2 °C acarrearía impactos importantes, pero aún existiría un margen para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Por ejemplo: con un aumento de 2 °C, el nivel del mar crecería 40 centímetros al 2100; pero con un incremento de 4 °C, sería de 80 centímetros y ciudades como Shanghái, Bombay o Nueva York quedarían parcialmente sumergidas.
Dada la urgencia, el sector de energía podría dar ese “golpe de timón” y con ello, generar un impacto de gran calibre. Por esa razón, la meta es lograr una matriz energética 100% renovable para el 2050 y que esto conlleve neutralizar las emisiones al 2100.
Para Laurent Fabius, ministro francés de Relaciones Exteriores, si bien estos planes de reducción son insuficientes, lo cierto es que representan la disminución del 90% de las emisiones globales de carbono, mientras que el Protocolo de Kioto cubría apenas el 15%. “Ese es el primer éxito de París”, manifestó.Compromisos a la fecha. Para mantener el incremento de la temperatura por debajo de 2 °C, los países deberán reducir entre 40 y 70% sus emisiones al 2050 y neutralizarlas al 2100.
China propuso alcanzar su máximo de emisiones en el 2030 y luego ir reduciéndolas.
Por su parte, Estados Unidos prometió recortar las suyas entre 26 y 28% al 2025, tomando como año base el 2005.
La Unión Europea usa como año base el inventario de 1990 y con respecto a este, recortará sus emisiones en un 40% al 2030.
Rusia propone reducir sus emisiones entre 25 y 30% para 2030, pero condicionándolo a los compromiso de otros grandes emisores.
Japón, por su parte, promete un recorte de 26% para ese mismo año.
La meta de India es reducir sus emisiones de carbono en un 35% para el 2030.
Brasil, el gran emisor de América Latina, recortará sus emisiones un 43% para el 2030.
El resto de América Latina y el Caribe contribuye con el 5% de las emisiones globales y, aun así, algunos países se propusieron metas de reducción.
Costa Rica, por ejemplo, aspira a bajar un 50% sus emisiones de carbono para el 2050.
“No basta con considerar el tamaño de un país. Lo que tenemos que demostrar es la ambición de una población por seguir viviendo en un planeta saludable.
”No se vale que los países, independientemente de su tamaño o la cantidad de población, se hagan de la vista gorda ante el cambio climático”, dijo a La Nación el ministro costarricense de Ambiente, Édgar Gutiérrez.
Pero no todos piensan igual. Nicaragua anunció en esta cumbre que no presentará sus compromisos de reducción o INDC.
“Nosotros no vamos a presentar INDC porque sería matar el concepto de responsabilidades históricas y reemplazarlo con el de responsabilidades voluntarias”, señaló el ministro nicaragüense para Políticas Nacionales, Paul Oquist.
Nicaragua propone que Naciones Unidas establezca cuotas en función de la cantidad de emisiones generadas desde la Revolución Industrial y reclama un sistema de indemnizaciones para las naciones que sufren las consecuencias del cambio climático.
Según datos oficiales, se calcula que Nicaragua solo representa el 0,003% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero del mundo.
Con respecto a los compromisos de reducción o INDC, esta cumbre del clima deberá resolver los mecanismos de reporte y revisión de las metas disminución a partir del 2020, cuando entrará en vigencia el nuevo tratado, así como definir las sanciones por incumplimiento.