París, Francia
En el contexto del cambio climático, el sector agropecuario vive una paradoja: por un lado, es uno de los mayores emisores de gases efecto invernadero por la variación de uso del suelo y el empleo de fertilizantes nitrogenados, pero, por otra parte, es uno de los más vulnerables a las cambiantes condiciones del clima y al impacto de eventos extremos como lluvias o sequía.
Centroamérica y, por supuesto Costa Rica, ya lidia con esta paradoja y, preocupados por ello, los ministros de Agricultura y Ganadería de los siete países del Istmo y República Dominicana firmaron, este fin de semana, una declaración en la que se comprometen a impulsar la agricultura climáticamente inteligente (ACI).
Eso quiere decir que se buscarán niveles de productividad que no degraden el ambiente, pues este último es, a fin de cuentas, el que hará posible que la agricultura y la ganadería se adapten a las nuevas condiciones climáticas.
Dicha declaración tuvo lugar en la cumbre del clima que actualmente se celebra en Le Bourget (Francia).
Aparte de llevar una agenda común, los ministros se comprometieron a impulsar la colaboración entre países, para así compartir experiencias.
“En Costa Rica, nos estamos comprometiendo con una agricultura menos intensiva en insumos y más intensiva en conocimientos, que nos permita producir más y mejor, disminuir los gases de efecto invernadero que emiten las actividades agropecuarias y que les resta productividad, y a la vez, que estas actividades puedan adaptarse a las nuevas condiciones que impone el cambio climático. Para esto se requiere más investigación, más innovación, más implementación en finca y, además, recursos financieros para favorecer estos procesos”, dijo el ministro costarricense de Agricultura y Ganadería, Luis Felipe Arauz.
“Confiamos en que esto nos llevará a una transformación de la agricultura en nuestra región, que va a permitir conciliar la producción de alimentos, con la conservación de los recursos naturales, que son fundamentales para mantener la vida en este planeta. Este es un esfuerzo pionero a nivel mundial y tenemos la responsabilidad de hacerlo bien para que otras regiones del mundo se sumen en iniciativas similares”, comentó José Joaquín Campos, director del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie).