Al 2021, Costa Rica podría alcanzar la carbono neutralidad prometida por el expresidente Oscar Arias, gracias a sus bosques y realizando un esfuerzo moderado de reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI).
Sin embargo, el país ambiciona con ir más allá y la nueva meta apunta al 2050, año en el cual se tendría que haber reducido el 50% de las emisiones en comparación con las existentes en el 2012.
De esta manera, al llegar al 2100, Costa Rica estaría alcanzando la “descarbonización” de su economía y, con ello, espera contribuir a la meta mundial de contener la temperatura para que esta no se incremente dos grados Celsius con respecto a la época preindustrial.
Claro, esa “descarbonización” implicará un significativo esfuerzo de mitigación.
Eso quiere decir que cada tico deberá pasar de emitir dos toneladas de GEI al año a 1,73 toneladas al 2030, 1,19 toneladas al 2050 y 0,27 toneladas al 2100.
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) hizo los números, consultó a los sectores y consideró que el país sí era capaz de asumir ese reto.
Así se refleja en la Contribución Prevista Nacionalmente Determinada (INDC, por sus siglas en inglés) que se presentó a la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Antes de diciembre, todos los países signatarios de la Convención deben presentar sus INDC. Estas son metas de reducción de carácter obligatorio, que entrarían a regir con el nuevo acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto, a partir de 2020.
“Costa Rica centrará su compromiso en la acción climática, para aumentar la resiliencia de la sociedad ante los impactos del cambio climático y fortalecer las capacidades locales para un desarrollo bajo en emisiones a largo plazo”, comentó Pascal Girot, coordinador interinstitucional de cambio climático del Minae.
La meta al 2021. En el 2007, vía decreto ejecutivo, Costa Rica asumió un compromiso voluntario para celebrar el bicentenario de su independencia.A través de la captura y almacenamiento de carbono que realizan los bosques, el país espera remover sus emisiones.
Actualmente, el 52,4% del territorio nacional está cubierto por bosques y plantaciones forestales. El país aún puede incrementar ese porcentaje hasta llegar a ser 60% , esto gracias a la combinación de actividades agrícolas con sistemas arbolados.
“El concepto del 2007 partía del hecho de que podíamos seguir emitiendo porque la captura del sector forestal compensaría esas emisiones. Es decir, ese concepto de neutralidad está centrado en el poder del sector forestal”, explicó Girot.
“Eso quiere decir que si al 2021, Costa Rica tiene emisiones inferiores o iguales al inventario del 2005 (considerado el año base), pues logra la carbono neutralidad bajo ese concepto planteado por la administración Arias”, agregó el ministro de Ambiente y Energía, Édgar Gutiérrez.
Aún así, se requiere que el país reduzca emisiones y, para ello, se apostó al sector privado.
Mediante la obtención del sello c-neutral, las empresas disminuyen sus emisiones al máximo y aquellas que no logran mitigar, pues las compensan a través del Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo), el cual financia a finqueros para que no talen el bosque en sus propiedades. Para ello, se creó un mercado local de carbono .
Al terminar su gestión, el exministro René Castro argumentó que el país estaba a un 80% de conseguir la carbono neutralidad. Gutiérrez aún se reserva ese pronóstico, aunque sí reconoció el esfuerzo realizado por las dos anteriores administraciones gubernamentales.
“Cuando Oscar Arias sacó la proclama de carbono neutralidad 2021, incluso yo fui crítico. Ahora como ministro, me doy cuenta que fue preclaro lo que hizo. Dispuso a la sociedad costarricense hacia un objetivo y ahora ir a conversar sobre carbono neutralidad es más sencillo porque ya forma parte del lenguaje costarricense”, dijo Gutiérrez.
Por esa razón, este Gobierno reafirmó ese compromiso voluntario y, para Girot, la meta de carbono neutralidad servirá de preparación a lo planteado en INDC.
Todas las acciones que se tomen tempranamente, según Girot, facilitarán una transición gradual, incluso en lo económico porque después del 2020 podría encarecerse el proceso.
Para Gutiérrez, la nueva meta involucra directamente a las personas. Por eso, les pide comprometerse y cambiar sus patrones de consumo con miras a asegurarse una vida más sostenible.
“Aquí no es un asunto de cuánto sumo o cuánto resto. Esto es un asunto de paradigma de vida, porque si nosotros, como seres humanos, no somos responsables de la forma en cómo vivimos, lo que estamos haciendo es volviendo inviable la vida inviable para las generaciones futuras”, acotó Gutiérrez.
La meta al 2050. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en el Informe sobre la disparidad en las emisiones 2014 urgió a las naciones a neutralizar sus emisiones de carbono al año 2100.
“La neutralización de las emisiones de carbono, y finalmente la reducción a cero neto o la neutralidad climática, serán esenciales para que las emisiones acumulativas restantes sean absorbidas de forma segura por las infraestructuras del planeta como los bosques y el suelo”, dijo Achim Steiner , director ejecutivo del Pnuma, en la presentación de dicho informe en 2014.
Eso podría conocerse como carbono neutralidad, pero para evitar confusiones con la meta previa establecida por Arias, Gutiérrez prefiere llamar a este nuevo compromiso como “descarbonización de la economía”.
El nuevo plan establece que para el 2030, el máximo de emisiones deberá ser 9,37 millones de toneladas, lo que implica una reducción de 25% en comparación con el inventario del 2012 (que será el nuevo año base).
Para lograrlo, entre 2020 y 2030, el país tendrá que reducir 170.500 toneladas por año.
Para el 2050, la meta será 5,96 millones de toneladas, es decir, 50% menos que en el 2012.
“Costa Rica aspira a ser un país carbono neutro neto, con un volumen anual de cero emisiones netas en el Inventario Nacional de Emisiones entre 2050 y 2100”, se lee en INDC.
¿Cómo lograr una reducción de 50% en 35 años? Al igual que otros países, Costa Rica vuelve su mirada al sector energético y transportes, este último responsable de la mayor parte del inventario de emisiones.
Según Gutiérrez, una matriz eléctrica basada en fuentes 100% renovables y la promoción de la eficiencia, así como un sector de transporte que apueste por una flotilla de tecnología eléctrica e híbrida, tanto en lo público como privado, podrían impactar el inventario de emisiones de GEI.
Agricultura es el otro sector en el cual recaerá la mitigación de emisiones de carbono, principalmente aquellas provenientes del uso de fertilizantes.
Además, este sector será la apuesta para incrementar la cobertura forestal gracias a la combinación de cultivos y ganado con árboles.
Eso permitirá, según Gutiérrez, desacoplar el crecimiento económico de las emisiones de gases, algo que precisamente –a una escala menor– han logrado algunas empresas certificadas con el sello c-neutral que al volverse eficientes, lograron reducir los costos de operación y esto se tradujo en mejor rentabilidad.
Como esta nueva meta se enmarca en la convención, el país deberá rendir reportes periódicos a Naciones Unidas.