Con más de cuatro millones de aportes, Costa Rica es el mayor contribuyente en América Latina al Sistema Mundial de Información sobre Biodiversidad (GBIF, en inglés), una plataforma abierta que brinda datos sobre flora y fauna para mejorar la toma de decisiones.
El país es también uno de los más estudiados por científicos de otros países. A la fecha, GBIF cuenta con más de seis millones de registros sobre especies existentes aquí, los cuales fueron realizados por personas procedentes de 34 naciones.
“Compartir información y conocimiento es crucial para evaluar el estado de la biodiversidad e identificar amenazas y acciones para prevenir su pérdida.
”El conocimiento también ayuda a los países a emprender mejores esfuerzos de conservación y a jugar un rol más activo en los debates internacionales relacionados con la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales”, se lee en el informe Estado de la Biodiversidad en América Latina y el Caribe .
Este texto fue publicado ayer lunes por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Centro de Monitoreo de la Conservación Mundial (WCMC, en inglés).
En este se analiza el avance de la región latinoamericana y caribeña entorno a las 20 Metas de Aichi, las cuales forman parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), firmado por 193 países en 1992.
Nuestra nación contribuye al GBIF a través del Atlas de la Biodiversidad de Costa Rica (CRBio). Este provee acceso integrado y gratuito para apoyar procesos de investigación, educación y conservación.
Se trata de un proyecto en el que están involucrados el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit) y el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio).
El atlas reúne datos sobre grupos como anfibios, arácnidos, aves, hongos y líquenes, insectos, mamíferos, moluscos, nematodos, reptiles y plantas.
La meta 19. El compartir información y conocimiento biológico es la penúltima Meta de Aichi.
Para PNUMA y WCMC, la cantidad de aportes ingresados a la plataforma GBIF constituye un indicador de progreso para el cumplimiento de dicha meta.
En este sentido, la región experimenta un crecimiento en la cantidad de especies colectadas u observadas. Se pasó de nueve millones de registros en el 2007 a 38 millones en el 2015.
“Ha habido un progreso considerable en años recientes para hacer que la información sobre biodiversidad en la región sea más accesible.
”Esto ha sido posible por la existencia de plataformas y proyectos que facilitan el intercambio global, regional y nacional, así como iniciativas nacionales de intercambio de información”, se lee en el informe.
Sin embargo, aún hay retos. Del total de registros ingresados a GBIF en el 2014, solo el 5% se relaciona con biodiversidad de la región y solo el 2% provenía de una institución asentada en Latinoamérica y el Caribe.
En criterio de PNUMA y WCMC, el mayor reto para Latinoamérica está en conseguir financiamiento en el largo plazo.
Aun así, las organizaciones consideran que la región va encaminada a cumplir con la meta número 19 en el 2020.